El triángulo amoroso (Kitty x Death x Gato)

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One-shot especial:
Au humano y moderno.

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Como se había hecho costumbre, hoy era uno de esos días dónde Kitty se estaba escondiendo hasta por debajo de las piedras.

Si somos específicos; se estaba escondiendo de aquellos dos chicos que andaban detrás de ella en cada momento. Al menos agradecía que sólo eran ellos dos y no todos los chicos de su instituto, aunque sabía que era la chica más deseaba de todo el lugar.

Su rutina se acopla a algo muy sencillo, "raro" y entretenido para otros. Aunque con lo "raro y entretenido" sabía que se referían a esos dos tipos que la seguían a cualquier lado que ella fuera, con tal de ver quién se ganaba su amor.

De paso solía sacar provecho de ello en algunas ocasiones; si no quería aburrirse haciendo su proyecto de química y sus tareas, podía convencer con facilidad a "Muerte" para que él hiciera su tarea o sus proyectos. No le gustaba aprovecharse, solo que simplemente le gustaba lo dulce y romántico que este podría llegar a ser.

Y de Gato, pues con él sabía que también podía sacar provecho con respecto a que este podía llevarle o comprarle lo que ella pudiera, quisiera o deseara tener, con Gato si o si lo obtenía. Con este si se podía decir que era todo MUY diferente que con aquel chico de cabello blanco como la nieve y sus ojos color carmín, tal cual rubíes. Gato solía ser algo presumido o narcisista en ocasiones, pero eso no impedía que fuera alguien simpático, divertido y cariñoso algunas veces.

Pero eso no quitaba el hecho que solían ser molestos, odiosos e irritantes cuando empezaban una pelea de insultos o discutas cada que ambos iban a regalarle algo. Como el día de San Valentín; ambos llegaron con un ramo de flores para su enamorada. Ese día Kitty pudo sentir un tic en su ojo, que tomo ambos ramos y les agradeció a ambos, marchándose lo antes posible antes de meterle un puñetazo a ambos en la cara. Aunque al darse la espalda y caminar un par de metros lejos de ellos, pudo escuchar un grito furioso por parte de Gato, seguido de un golpe y una carcajada por parte de Muerte.

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Te tengo envidia, Patitas Suaves —le comento Ricitos con indignación, pero a la vez con tono burlón— Ya deseo yo que dos hombres se peleen por mi. Sos suertuda boluda.

¿En serio? —la mencionada arqueo su ceja y miro a su amiga— Pues te los regalo, deseo que ambos se me quiten de encima.

Aja, y yo soy Batman —exclamo la rubia sarcástica— ¿Recuerdas la vez que murió el padre del Lobo? no lo dejaste solo ni un momento, y en esos días Gato echaba humo por las orejas. Hasta que unas semanas después el volvió a ser el mismo de siempre y empezó otra vez a pelear con Gato por vos.

¿No pudiste mencionar otra cosa mejor que esa? —le reprochó la pelinegra— Sabes perfectamente que no me gusta recordad esa vez que tuve contacto con él por un suceso nada bonito. Pero si fue la única vez que estuve cerca de él, con Gato... con ese tonto solo fue cuando se fracturó el brazo por tratar de escalar la escultura de tres metros de altura del pateo la vez que estaba huyendo con mi celular.

Si, prácticamente desde que tenía cinco años y vivía en aquel vecindario de una pequeña ciudad en España, conoció a sus dos pretendientes. Aún que claro, desde el primer día que los vio a ambos juntos supo que serían las peores personas del mundo.

La perfección del "Miau"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora