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Respiró profundo para llenar mis pulmones del aire fresco, a lo lejos veía el sol esconderse entre las montañas, el aire golpeaba mi rostro moviendo a un ritmo tranquilo los mechones blancos de mi cabello que tapaban mi frente, acarició el lugar donde antes te sentabas y veíamos juntos el hermoso atardecer.
No paso mucho cuando el cielo se torna morado y azulado y las estrellas comienzan a dejarse ver, un suspiro melancólico sale de lo más profundo de mi garganta, al pensar que ahora eras una hermosa estrella que ilumina ese obscuro cielo, al ver la estrella más grande me recuerda tu gran tamaño superando el mío y aquel brilló es como el que te solía ver cada que sonreías.
Inclino un poco mi cabeza hacia un lado tratando de buscar consuelo en tu hombro cosa que ahora será imposible de hacer.
Roier: "te extraño..."
..."Osvaldo"...
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