CAPITULO 8

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Dormí con él, los brazos apretados alrededor de mí como si creyera que iba a escaparme. No tenía intención de hacerlo, porque me sentía en paz, una que nunca había conocido, envuelto por su cuerpo fuerte, sintiendo su respiración en mi nuca. Sabiendo que él cuidaba de mí en algún nivel por lo menos.

Él me despertó una vez durante la noche, tirándome de las profundidades del sueño, y llevándome a las alturas del deseo. Su boca era dulce y caliente, y sus manos gentiles pero insistentes. Él era firme en su deseo y yo no podía negarme. Y aun así, parecía que él sólo quería agradarme.

Y quería que el mañana nunca llegase. No había precio que no pagara por magia que hiciera que mi noche eterna durara para siempre. Pero no podía ser.

Desperté con las campanas de la Torre marcando las seis. El brillo del sol de la mañana a través de las cortinas hizo que la habitación pareciera suave y de alguna forma secreto. Bible ya estaba despierto, sentado en la silla que ocupé la noche anterior, observándome. Él no dijo una palabra.

Por primera vez, me sentí extraño con él. Él usaba una bata, pero aún estaba desnudo. Estaba dolorosamente consciente de las líneas bronceadas en mi piel, la mayor parte de mi cuerpo era pálido,pero mis brazos, rostro y la nuca estaban bronceados, por las horas que pasaba trabajando al sol. Odiaba los callos de mis manos y tuve vergüenza de mis ropas remendadas cuando me vestí apresuradamente. Su silencio parecía siniestro.

Finalmente me giré para enfrentarlo y un billón de preguntas, esperanzas y preocupaciones invadieron mi mente. ¿Él estaría arrepentido? ¿Querría verme de nuevo? ¿Fue sólo algo de una sola vez? No sabía cómo irme. ¿Debería besarlo como su amante? ¿O decirle adiós como un amigo? ¿O disculparme como un sirviente? ¿O peor como una prostituta?

No sabría decirlo por sus ojos.

—¡Señor! — deseé que mi voz no temblara. Quisiera sentirme como cuando estaba con él, como era antes de que me llevara a la cama.

Él apenas me sonrió. Era una sonrisa pequeña y triste.

—¡No me llames así!

—Bible…

Él se levantó de repente, interrumpiéndome.

—Voy a romper el noviazgo hoy.

Mi corazón paró de latir. Mal podía respirar, mucho menos hablar. Sus palabras eran como si fuesen todo lo que yo esperaba.

—¿Por qué?

—¿Por qué? — su voz era dura y amarga, e instintivamente dí un paso hacia atrás —¿Por qué crees?

—Tienes que tomar una esposa….

—¡Ella no es la chica que quiero! — se acercó y su rabia cedió. Pasó la mano por su rostro —Ella no es quién amo.

Si mi corazón paró de latir antes, ahora se disparó a toda velocidad.

—¿Me amas?

Él sonrió y colocó sus brazos a mi alrededor, acercándome a él.

—Build, no tienes ni idea de cuántas veces quise tocarte, o besarte, pero tenía miedo que te horrorizaras. Si sólo supiera… — él besó mi cuello y su mano acariciaba mi espalda —Ahora que lo sé, podemos quedarnos juntos. De la forma como debe ser.

Una sonrisa ridícula y tonta amenazó mi compostura. Pero sabía que él no estaba viendo el cuadro entero.

—¿Y tú corona?

Él se congeló, sus labios todavía contra el pulso de mi cuello, y supe que no había pensado en eso.

—¿A quién le importa? — dijo por fin —No la necesito.

CindeRella [ADAPTACIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora