1. James no es obsesivo (no mucho)

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James en serio les prometió a sus padres que ese sería su año ― y lo empezó siendo mucho antes del ciclo escolar ―, cuando junto a su lista de libros, llegó la insignia de premio anual. Sus padres hicieron un alboroto, abrazándolo y diciéndole lo orgulloso que estaban de él, mientras que Sirius desde el sillón tiraba papelillo que salía de la punta de su varita y Regulus, el menor de los Black sonreía detrás de un libro.

Su promesa le duro un mes y no fue porque él lo buscara, claro que no, llegó solo y envolvió a James en un círculo del cual no puede salir hasta encontrar suelo plano y en ese caso es: la persona del aula 204, la persona de la sonada a media noche. Ese es su suelo plano y lleva tratando de hallarlo dos semanas y no ha tenido suerte.

El gryffindor se ha colado en los ensayos del coro, en el salón de música y ¡hasta en la sala de profesores bajo su capa!, pero nada, no ha encontrado nada que puede ayudarlo a llegar a esa persona que, con una simple ― pero hermosa ― melodía lo dejó flotando. Él solo quiere conocer a la persona y pedirle que le enseñe y ya, es todo.

― ¿Cómo es posible que no he encontrado aún nada?

Lloriquea James lanzándose a uno de los sillones de la sala común. Deja su cabeza sobre un cojín rojo y recoge sus piernas hasta que sus rodillas llegan casi a su pecho. Remus y Peter que están en los sillones de enfrente se observan entre ellos y luego a su amigo.

― No te frustres, Prongs, pronto encontraras algo.

Lo alienta Peter dándole una breve mirada antes de volver a su libro. Remus, a su lado, asiente dándole la razón y James lloriquea de nuevo.

― ¡Pero es que...! ― se detiene cuando unas carcajadas muy conocidas hacen presencia en la sala y segundos después, Sirius está bajando las escaleras de los dormitorios con Mary y Marlene detrás de él. James los ignora y vuelve a Remus y Peter ― Pero es que llevó dos semanas, Peter, a veces creo que esa persona se esconde de mí.

― Es una opción, ¿sabes?

Interviene Marlene. James se gira un poco, pero sin dejar su posición de piernas contra su pecho.

― Si yo fuera esa persona también me escondería de la obsesión de James Potter...

― ¡No es obsesión! ― se levanta de golpe, arrugando su nariz en el proceso. ― Se llama perseverancia.

― Ah, sí, claro. Ahora se le dice así el ingresar al coro, al salón de música y sala de profesores sin permiso.

― Las dos primeras son públicas.

― La sala de profesores no, Potter.

― ¡Marlene!

La mujer suelta una carcajada y rodea el sillón donde está el castaño, yendo hacía la zona de la sala donde hay varios juegos de mesa. Mary la sigue de inmediato, pidiendo jugar ajedrez mágico.

― Ya, ya, Prongs, no escuches a Marlene, es una envidiosa que no sabe la diferencia entre una obsesión y tu increíble perseverancia para encontrar a esa persona.

Sirius se acomoda al costado de su mejor amigo, pasando uno de sus brazos por sus hombros y tirándolo a su pecho, con su mano vacía le da golpecitos en la cabeza. Remus y Peter sueltan una pequeña risa viendo la escena.

― ¿Si saben que hay como veinte estudiantes ahí afuera diciendo que son ellos la persona que busca James?

La suave voz de Lily llama la atención de todos en la sala y alzan la mirada para verla ingresar. Tiene el uniforme con la insignia de premio anual sobre su túnica.

Melodía de Amor: En busca del pianista sin rostroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora