Extra.

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MESES DESPUÉS.

La luz que ingresa por la ventana toca la piel de ambos jóvenes envueltos en las sábanas. El menor de ambos deja escapar un suave gruñido ante la sensación de picazón que causa la resolana en la piel de su espalda expuesta, mientras que el mayor duerme de lo más tranquilo ya que su cuerpo no recibe tanta luz por culpa del cuerpo que lo abraza.

― Olvidaste cerrar las cortinas, Potter.

Gruñe Regulus tratando de salir del koala que se convierte su novio cuando duermen juntos. Quiere pasar por encima de su cuerpo para protegerse él del sol, pero James se aferra a su pecho con fuerza. Arruga la nariz y su única opción es moverse un poco hasta quedar boca arriba, ahora el sol pasando hacia su costado.

― Te odio.

― Me amas.

El menor, rueda los ojos, pero no refuta. Sus dedos viajan a través de las hebras castañas del exgryffindor y observa su rostro bañado por la luz dorada de la mañana que resalta cada rasgo maduro, su piel morena, esas cejas pronunciadas y labios carnosos. Sus dedos bajan a través de la silueta de su rostro, rozando el rastro de vello corporal que nace en barbilla y luego hacia su cuello.

― Me haces cosquillas.

La voz ronca, muy mañanera de James hace que los ojos de Regulus viajen hacia esos de color de las avellanas y sonría un poco. El moreno se mueve un poco, envolviendo sus brazos ahora alrededor de la cintura del menor y apretándolo contra su rostro, su cara sumergida en la suavidad del abdomen de su pareja y como el tacto de una pluma pasa sus labios por la zona muy suavemente.

― Tu igual.

Dice Regulus y suelta una carcajada cuando desde su costado siente los dedos de James contra sus costillas, moviéndose sin un ritmo, solo causándole espasmos que se convierten en risas mañaneras.

― ¡James, no!

Pide revolviéndose entre las sábanas. Las almohadas que lo rodean caen al suelo cuando en un movimiento rápido, James lo toma por las caderas y lo tira hasta dejarlo en el centro de la cama y luego se posiciona cobre su cuerpo, cubriéndolo por completo. Se inclina y Regulus rápido comprende las intenciones de su pareja por lo que mueve su cabeza hacia un lado y aprieta sus labios.

― ¡Hey!

― Estas completamente fuera de sí si crees que puedes besarme aún sin haberte aseado.

― ¡Reggie!

― ¡No quiero besos de dragón, Potter! ― se remueve, tratando de salir de entre la cama y el cuerpo del mayor, pero James siempre ha sido más grande que él y aunque tenga buena flexibilidad y agilidad por sus años como buscador, Regulus no iguala su fuerza.

― Vamos, Reggie, solo uno. ― las manos del mayor tocar la piel cálida del torso desnudo del menor y aprieta a sus costados inmovilizándolo contra el colchón ― Unito, ¿sí?, por fis, ¿siiiiii?

Las plegarias siguen y sigue, James tratando de acercar sus labios a los de Regulus mientras que este ultimo se mueve cual gusano con sal y aprieta sus labios, alejándolos de los contrarios.

― No, no y no ― se niega una y otra vez ― ¡No seas degenerado, Potter, aleja esa boca de mí!

― Ah, pero bien que no te enojas cuando esta degenerada boca esta sobre, alrededor o dentro de ti.

Lo último, un susurro cargado de recuerdos hace que Regulus se remueva sobre la cama, esta vez por un escalofrío que recorre desde su espina dorsal hasta su coronilla y baja luego hasta la punta de pies.

― ¡James Potter! ― chilla Regulus sintiendo su cara roja y caliente por las palabras del hombre que tiene encima. La sonrisa que se extienden por el rostro de James solo lo pone más nervioso y sus uñas se entierran en las sabanas ― Eres un pervertido.

― No quieres que hablemos de perversiones, Reggie.

― ¡James!

Y la disputa por si las palabras de James pueden hacer que el color de todo el cuerpo de Regulus pase a un tono rojizo, solo se detiene porque la puerta de la habitación se abre de golpe, asustando a los jóvenes que rápido tratan de separarse, pero la persona ya ha visto lo suficiente para arrugar la nariz y empezar a soltar maldiciones por lo bajo.

― Tendré que lavarme los ojos con lejía.

― Deja de ingresar sin tocar antes entonces, Sirius.

― ¡Esta también es mi habitación!

Se indigna el pelinegro. James se baja por completo del cuerpo de Regulus y deja escapar una carcajada. Es en parte verdad, pero a la vez mentira porque si, desde que los hermanos llegaron hace más de un año a la mansión Potter, Sirius se quedaba con James por mero capricho ― porque hay habitaciones de sobre ―, pero una vez Regulus y James se hicieron novios, el menor empezó a dormir allí y Sirius se auto sacó de la habitación y solo ingresa por prendas de vez en cuando.

― Hace meses no duermes aquí, Sirius.

― ¡Mi ropa sigue estando aquí! ¡Y saca tus manos de mi hermanito, Potter!

El nombrado rápido despega sus manos de la cintura desnuda de Regulus y las alza a la altura de su cabeza. El menor de los Black rueda los ojos y se pone sobre sus pies, las sabanas cayendo por sus piernas cuando sale de la cama y empieza a caminar hacía el baño. Les da la espalda a ambos y frunce las cejas cuando oye una exclamación por parte de su hermano.

― Regulus Black, ¿qué, por Merlín y todos los magos, te pasó en la espalda?

Sirius gruñe y Regulus trata de observar sobre su propio hombro, pero no puede.

― ¿De qué? ― cuestiona, pero no recibe respuesta ― ¿Qué tengo?... Oh...

Y cuando logra observar el inicio rojizo, casi morado de una marca reciente entiende de lo que habla su hermano. Se pone rígido viendo de reojo a James quien con cuidado está bajándose de la cama y camina esquivando a Sirius, hasta la puerta.

― ¡¿Qué eres, Fleamont?! ― grita Sirius y Regulus suelta una carcajada por lo bajo siguiendo su camino hacia el baño ― ¡¿Un maldito vampiro o qué?!

― ¡Sirius, baja la varita!

Rueda los ojos y lo ultimo que escucha de ambos es como James corre a través del pasillo con Sirius pisándole los talones, lanzándole cual hechizo se le cruce por la mente. Ingresa al baño y empieza a quitarse lo único que cubre su cuerpo ― un pantalón corto que es de su novio ―, se gira y con ayuda de un hechizo observa todas las marcas que la noche anterior James dejó por su espalda.

― Si parece vampiro.

Pero sonreí a pesar de eso porque esta con la persona que ama, en una familia que lo mima y respeta y lo mejor, con su hermano a pesar de todo. 

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Melodía de Amor: En busca del pianista sin rostroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora