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Hyunjin apenas dejó a la señora Yang abrazar a su hijo, ya que quería a Jeongin sólo para él.

Lo mimó tanto que el pelinegro se había rendido en sus intentos para apartarlo, dejando que Hyunjin lo abrazara constantemente, que acariciara su cabello y dejara besos en todo su rostro, sus manos o su cuello.

Jeongin se sentía muchísimo mejor, su cabeza era una molestia que sólo sentía si se ponía a pensar en el dolor, los medicamentos que le habían dado estaban funcionando.

Por más que su tía Lenn insistió en que se quedaran, Jeongin quería irse, quería regresar a su casa, ir a la escuela y pasar el rato con sus amigos, todos los estudios lo habían puesto de mal humor y quería alejarse de Busán lo más pronto posible.

Así que luego de una última cena, a modo de celebración, y una cómoda noche de descanso, volvieron a Seúl.

No quiso dormir, en cambio, se quedó escuchando música con Hyunjin, mirando por la ventana durante el camino.

El rubio golpeó un poco su brazo para que lo mirara, Hyunjin señaló al cuaderno sobre sus piernas, girandolo un poco hacia él.

No sabía en qué momento lo había sacado, Jeongin casi no lo usaba, salvo en ocasiones donde se sentía muy cansado por hablar o quería decir algo bastante largo, fuera de eso, el cuaderno estaba casi olvidado.

Se inclinó para enfocar la vista en lo que Hyunjin había escrito.

"¿Te he dicho que tengo suerte de tenerte?"

Jeongin sonrió, alzó la vista hacia él, asintió, Hyunjin volvió a escribir.

"No me cansaré de decirlo".

Hyunjin tomó su mano, entrelazando sus dedos, dejando un suave beso en la pequeña mano de su novio.

- Soy muy afortunado de tenerte- murmuró, Jeongin apenas lo escuchó, casi le había leído los labios.

Hyunjin sonrió al ver el sonrojo en las mejillas de Jeongin, y lo hubiera besado allí mismo de no ser por la presencia de sus padres a menos de un metro de ambos.

- Tampoco me canso de esto- murmuró el rubio, tomando la lapicera de nuevo, trazando unas líneas con algo de torpeza.

Jeongin sintió la calidez florecer en su interior por lo que veía, un lindo y algo torpe dibujo de una mano haciendolo una seña, con el dedo pulgar, índice y meñique extendidos.

Lo miró con ternura, tomó la lapicera de su mano para escribir junto al dibujo.

"Te amo".

 ᘍ   𐚁̸   ᯇ   𝗠𝗨𝗧𝗘 ¹ ︵ㅤ.  ( 𝓱𝓳 )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora