Mon puso sus manos en la cintura y miró a los ojos a Sam susurrandole que era la mujer más hermosa que había conocido y comenzó a besarla por todas partes... mejillas, frente y cuello, luego, finalmente en sus labios. Sam estaba cálida por todas partes devolviendole los besos, largos y húmedos, deslizandose en la mesa que estaba apenas iluminada por la tenue luz de la luna mientras los suaves sonidos de sus besos y gemidos ocasionalmente interrumpían la quietud del café abandonado.
Mon le rompió su camiseta blanca y le chupó los senos y sus hermosos pezones erectos, los lamía y los chupaba suave y dulcemente, sin poder tener suficiente, mordiendo sus maravillosos pezones erectos de Sam, miientras Mon lamía y chupaba una teta, acariciaba suavemente la otra, rodeando el pezón con la punta de sus dedos, tratando desesperadamente de satisfacer sus urgentes ansias por Sam, Mon baja su mano dentro de los jens, que la llevaron a la dulce vagina de Sam, suave, abierta y húmeda, sus dedos se movían dentro y alrededor de la vagina de Sam, sabiendo exactamente qué hacer. Sam no tuvo que decir nada, con solo gemir Mon sabía lo mucho que le encantaba,Sam la apretó con fuerza, besándo y besándo a Mon y diciendo que la había deseado todo el día y la noche desde que la vio por primera vez, su fantasía ahora se hacía realidad, cogiendo por más de dos horas, Sam era tan dulce, receptiva y apasionada, tan hambrienta de amor cuando finalmente Sam llega al orgasmo, entregándose completamente a Mon, pudiendo satisfacerse completamente la una a la otra teniendo varios orgasmos que fueron poderosos y largos. El primer orgasmo de Sam hizo que se sacudiera casi espasmódicamente, y finalmente terminó retorciéndose y gimiendo en la mesa mientras Mon la acariciaba y la colmaba de dulces y suaves besos.
Ahora eran casi las 3 am. Después de unos cuantos abrazos, besos largos y profundos, Sam y Mon se dijeron buenas noches tan emocionadas y complacidas por lo que habían hecho y por todas las posibilidades de este nuevo amor.
Un último beso en la puerta antes de salir del café abandonado que confirmó su atracción y lo que habían hecho.
