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Fue un largo viaje el que llevó al nuevo rey de Utopia fuera de su nación, siendo esa la primera vez que salía de sus tierras luego del fallecimiento de su padre. El carruaje espacioso resguardado por la guardia real se detuvo tras haber andado horas sin parar, y al abrirse la puerta, las escaleras amarillentas que llevaban al palacio del reino de Aurora lo recibieron.

Iba en busca de una persona, la cual venía de un recuerdo, y del que nacía un misterio.

Los uniformados con colores negros y azules se formaron frente al vehículo, y todos al mismo tiempo dieron una reverencia cuando el veinteañero puso ambos pies en el suelo. Él levantó el mentón, recorrió con los ojos grandes la enorme estructura que visitaba y de no ser porque las puertas de la vivienda se abrieron de par en par, seguramente una pizca de arrepentimiento se hubiera creado en su ser. La princesa viuda de Aurora salió de forma apresurada, siguiendo a sus siervos que corrían a recibir al visitante inesperado. Ella se detiene frente a la puerta y une las manos sobre el ancho vestido rojo que se arrastraba sobre la piedra, esperando de forma nerviosa a que el joven terminara de subir los escalones, siendo custodiado por sus hombres.

Su Alteza, me apena enormemente visitar el palacio sin haber avisado. ㅡcomenta el rey de Utopia con voz suave una vez se ha detenido, al tiempo que daba una reverencia a la mujer mayor.

Ella responde el acto de igual forma al instante. ㅡNo debe preocuparse, su Majestad. Debe encontrarse ajetreado luego de haber recibido su reino hace poco. ㅡsuelta y al recibir un asentimiento por parte del contrario continúa. ㅡPara mi pesar, el rey de Aurora no se encuentra para recibirlo, por eso mismo yo estoy aquí el día de hoy.

Era algo a lo que podía enfrentarme al no informar de mi presencia con antelación, pero confío en que podrá hacerle saber la razón de mi visita cuando vuelva.

Dicho esto, la mujer de porte recto y cabello negro bien peinado le invita a pasar al recinto. La servidumbre del palacio lo recibe con reverencias y finalmente los colores cálidos del interior de la edificación llegan a sus ojos.

Las columnas redondas y las paredes de color crema hacen juego con el reluciente piso blanco. Los detalles dorados son el centro de atención, al igual que las muchas telas pesadas de tonos naranjas que rodeaban los marcos de los ventanales impecables. A pesar del intenso sol de verano que calentaba e iluminaba el gigantesco espacio, los candelabros estaban encendidos en lo más alto del techo, dando aún más luz amarilla al ambiente.

El eco de los pasos de la princesa viuda resonó por todo el recibidor hasta que hizo su camino a la primera puerta a la derecha, la cual estaba abierta de par en par. El salón social principal de todo el palacio fue ocupado por la mujer de enorme vestido y el rey de ropas negras, al igual que algunos acompañantes de cada uno. Dos guardias se posaron a cada lado de la puerta, custodiándola como costumbre, y el par de muchachas siervas de la de mayor título en el momento se apresuraron a acomodar los sillones, aunque estos ya estaban en perfecta presentación. Los alargados ojos oscuros de la mujer escanearon todo con disimulo, asegurándose que estuviera en orden, y con una mirada dura les ordenó a las dos contrarias que pararan de corretear por todo el salón.

Over the Horizon ✧ Choi JonghoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora