𝙊𝙏𝙃 | El sonido del viento soplando desde el horizonte habla sobre el misterioso tesoro del que pocos conocen. El nuevo rey de Utopia, Choi Jongho, es uno de ellos, y se ha aferrado al recuerdo de algo que solo podía existir en los libros de auto...
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Tras la muerte del príncipe Yeoseung hace cinco años, su primogénito, Kang Yeosang, se posicionó como el heredero al trono de la nación de Aurora. Su título como rey fue oficializado tras la muerte de su abuelo cuatro años atrás, el anterior rey Seungcheo.
Los cuatro años que lleva siendo rey los ha invertido en recuperar la fidelidad y adoración de su pueblo, cosa que la familia real había perdido luego de los actos de sus dos antepasados. Había restaurado el respeto de la mayoría de su nación gracias a su corazón noble, y poco a poco rehacía las alianzas con otros reinos que se habían roto décadas atrás.
Esa noche, volvió al palacio luego de una reunión larga con los reyes de la nación de Fever, con quienes pudo establecer un acuerdo para exportar e importar los productos estrella de las dos regiones. Todos los empleados de su hogar salieron a recibirlo. Abrieron la puerta principal de extremo a extremo, y no dejaron de hacerle saber lo agradecidos que estaban de volver a tenerlo en el recinto. Él saludó con su voz grave pero cansada a todos por igual, y se negó a recibir cualquier alimento, avisando que iría a descansar a la habitación real de una vez. Sus pasos resonaron por los pasillos silenciosos, siendo seguido por su alto mayordomo Soobin, quien se aseguraría de dejarlo en la alcoba y cumplir cualquier orden espontánea que se le ocurriera al monarca.
A mitad del pasaje que llevaba únicamente a su aposento, ambos hombres distinguen las figuras plantadas en frente de la puerta. El rey suelta un suspiro profundo, y se prepara mentalmente para lo que sea que se avecinaba con la presencia de su hermana a esta hora de la madrugada.
Jung Wooyoung hace una reverencia pronunciada mientras saluda al monarca que estaba a unos metros de ellos, al igual que Choi Soobin hacia una leve a la princesa.
ㅡSoobin, por favor vaya a descansar. ㅡOrdena Yeosang mientras abre la puerta por su cuenta. El nombrado hace un par de reverencias más a ambos Kang, y se retira en total silencio luego de desearles las buenas noches.
Ayan ve al rey entrar al cuarto y aprovecha para golpearle la espalda al de pelo largo que seguía inclinado hacia adelante. Le susurra que se fuera a dormir, y él aprieta una sonrisa antes de asentir y correr directo a la pequeña habitación que poseía. Toma un suspiro corto y con los pies descalzos camina hacia el monarca, cerrando la puerta a sus espaldas. Ella aclara la garganta mientras abre el pequeño libro que escondía detrás de su espalda, y busca la línea que anteriormente había tratado de memorizar. Cuando la encuentra, alza los ojos viendo al alto de cabello oscuro sentarse en la enorme cama para luego empezar a quitarse los zapatos, claramente agotado.
ㅡ"No es de ti de quien sospecho... ㅡcomienza la rubia a leer, haciendo que el mayor levante la cabeza al instante, confundido, pero al verla con el libro ladea la cabeza esperando a que continuara. ㅡ ...Sino de las leyes del matrimonio que ponen todo el poder en tus manos. Te obligan a hacerlo, te mandan a que mandes; y a mí, en consecuencia, me obligan a obedecer."
