𝙊𝙏𝙃 | El sonido del viento soplando desde el horizonte habla sobre el misterioso tesoro del que pocos conocen. El nuevo rey de Utopia, Choi Jongho, es uno de ellos, y se ha aferrado al recuerdo de algo que solo podía existir en los libros de auto...
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Si había algo que representaba la nación de Aurora, eran los colores del sol. El amarillo, naranja y rojo identificaban a la familia real y por ende a todo el pueblo. También era el hecho de que se le apodaba como la nación del eterno verano, pues su clima por lo general era cálido y seco.
Ese día no era la excepción, pues por los ventanales del palacio entraba la intensa luz solar del medio día, cosa que hacía que el rey Jongho tomara suspiros profundos al sentir como la temperatura de su cuerpo era incómoda por culpa de las tres capas de ropa que llevaba encima. Con lentitud se llevó la mano izquierda al cuello alto de su camisa blanca, separándola por fin de su piel, y no demoró en pasar saliva al ver la taza de té hirviendo que se posaba frente a él.
La princesa viuda tuvo la idea repentina de invitarle a beber algo, y con esa simple orden hizo que sus siervas corrieran a traer lo pedido. La conversación había tomado una pequeña pausa, que no demoraba en acabar, pues el movimiento en todo el salón se había detenido.
Las manos del joven tomaron la taza blanca con detalles dorados, y soltó otro suspiro al ver su reflejo en el líquido caliente que prácticamente le estaban obligando a beber.
ㅡEstá en lo correcto, su Majestad. ㅡhabla la mujer luego de dar un sorbo al recipiente pequeño. ㅡMi suegro, el fallecido rey, les dio el título de príncipes a sus tres nietos. El príncipe heredero Yeosang tomó el título de rey, el pequeño Jonseung es ahora duque del pueblo Boreal y... ㅡtoma un trago largo, haciendo que las cejas gruesas del rey frente a ella suban en sorpresa, pues creía que acababa de quemarse la garganta con eso. ㅡPues, la... Princesa... Ella continúa teniendo su título. Pero debo ser sincera, su Majestad; la mencionada era solo hija del príncipe fallecido, así que es medio-hermana de nuestro rey.
Jongho ocultó cualquier reacción al acercar la taza a su boca. Bebe el té, y el sabor a frutas le hace arrugar la nariz redonda, era demasiado dulce.
La princesa Seeyeun continúa. ㅡEl pueblo no la ha aceptado como alguien de la familia real, y usted debe saber lo complicado que es cambiar la opinión de toda una nación.
ㅡ¿Por esa razón la princesa ya no asiste a los eventos reales? ㅡpregunta él de golpe, pero con la misma voz suave y baja que ha mantenido todo el rato. Deja la taza prácticamente llena sobre la mesa de madera rojiza frente a él, y vuelve a acomodarse en el sillón.
La contraria nuevamente quedó muda.
Los ojos del rey quedaron estáticos en la mayor en el asiento contrario. Ya había entendido que lo próximo que haría sería crear un espacio grande entre la pregunta y su respuesta, quizás para formular algo coherente.
ㅡLa... Princesa es una persona... Compleja. No encaja del todo con los protocolos y tradiciones que tenemos en la familia.
