Una Ocasión Perdida

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En el aeropuerto, me quedé observando la carta que tenía entre mis manos sin poder creerlo. ¡Me han dado una beca para UCLA! La mejor universidad de Estados Unidos. Siempre había sido mi sueño. Pero ahora estaba pasando uno de los mejores momentos de mi vida, tenía todo lo que quería, a parte de que me podía permitir. Mi padre estaba muy feliz, creo que era la primera vez que lo veía así en mucho tiempo. Mi madre se había conseguido curar del Cáncer hace dos meses, esa enfermedad con la que ha tenido que convivir durante diez años. Los negocios de papá habían subido y con eso nos pudieron devolver nuestra casa, la cual nos embargaron hace ya diez años, poco después de que mi madre enfermera. Mi vida no ha sido color de rosas, tuve que cambiarme de instituto, justo cuando porfin iba a huir me entere que mi acosador se iba a vivir a Estados Unidos.

- Hija, que sepas que tu padre y yo estamos muy orgullosos de ti. Por haber cumplido tu sueño- me dijo mi madre abrazándome.

Luna y Marc me abrazaron como si me fuera para siempre. A parte era su cumpleaños, hoy cumplian diez años, ellos nunca habían visto a mi madre bien del todo, este era su primer cumpleaños junto a ella sin esa enfermedad que atravesaba su cuerpo, ellos eran muy parecidos a mí. Rubios con ojos azules como el mar. Nosotros habíamos salido a mi madre, mi padre era todo lo contrarío: moreno con ojos verdes como el padre.
Mi padre interrumpió mis pensamientos cuando dijo.

- Mila, no quedaban habitaciones en las residencias, te quedarás con una familia en su lugar, ellos te recoran en el aeropuerto cuando llegues.

<<No preguntes porque la cagaras>>.

Ignoré mi conciencia que apoderaba mi cuerpo y pregunté:

- ¿Se puede saber quienes son?- le pregunté curiosa.

Me señaló la hora me di de que casi embargabamos, me terminé de despedir y me fui corriendo.

De mi amiga Natalia y mi novio Miguel, ya me había despedido, la despedida no fue como imaginaba. Él estaba muy enfadado, me miraba con esa mirada que aterrorizaba mi cuerpo, con ese pelo rubio despeinado y me fijé que tenía la vena hinchada. Natalia me dijo en secreto:
- Búscate a uno mejor que este- me susurró.

Yo era consciente que ellos no se llevaban para nada bien y a mí eso me resultaba muy incómodo.