Trabajar y estudiar al mismo tiempo es difícil, con suerte logré conseguir un empleo donde solo trabaje medio tiempo para poder ir a la universidad.
Quería probarme a mi mismo, quería ver que tan capaz soy y debo decir que superé mis expectativas, creí que al primer mes estaría ya regresando al hogar de mis padres en Wiltshire pero no, llevo dos años aquí y no necesité de ellos en ningún momento.
Soy hijo único por lo que todo sus esperanzas estaban en mí y no podía fallarles, eran lo único que tenía porque si, a pesar de ser muy sociable con los clientes no lo era en la universidad, por lo cual, no tenía amigos a excepción de mis amigos del trabajo.
-Draco, hay una señorita amargada en la mesa tres, ve y has tu magia para que se calme y deje de exigirnos tanto- agregó Blaise, uno de mis pocos amigos de trabajo.
Conocí a Blaise el mismo día que comencé a trabajar, es dos años más grande que yo, es alto y no voy a negar que es apuesto, la mayoría de las clientes casi se peleaban porque sea él el que las atienda aunque claro, Blaise dejaba muy en claro su orientación y que ya tenía pareja.
Últimamente se a hecho muy famoso los casos del hilo rojo, antes creía que era un invento o una tontería que la gente creó pero mi opinión cambió cuando lo vi en carne propia. Un día, la pareja de Blaise vino a verlo y presencié el momento exacto cuando sus meñiques fueron entrelazados y sus ojos cambiaron a un llamativo color rojo.
-Ya voy- mencioné tomando mi libreta y mi bolígrafo para apuntar su orden.
Salí de la cocina y me dirigí a la mesa tres que es donde se suponía debía estar la señorita y efectivamente, estaba ella ahí pero no estaba sola.
Un chico estaba sentado con ella, él chico estaba de espaldas por lo que no pude visualizar su rostro.
-¡Estoy arta de estas mierdas, Harry! ¡siempre es lo mismo contigo!- gritó fuerte y claro la mujer a la que se supone debía calmar -hasta aquí llegamos, no quiero saber nada de ti, terminamos- dicho eso, se fue sin mirar atrás y una notable aura de furia.
El chico ni se inmutó, no se movió ni habló.
Fuí testigo de cómo comenzó a dar pequeños brinquitos en su silla y mientras más me acercaba más comprendía lo que pasaba.
Estaba llorando.
-Uh... disculpa ¿es mal momento para tomar tu or...- la pregunta quedó a medias cuando él volteó hacia mí, era el mismo chico con el que hablé la semana pasada.
-Y-yo...- mas sollozos se escucharon.
Me dolió verlo así, no tengo idea de por qué pero algo hizo que mi corazón se rompiera al verlo tan destrozado. Es un chico que puede destilar dulzura y brillitos rosados por donde camine y verlo llorar era realmente horrible.
¿Solo yo estoy pensando eso o es que me volví loco?
-¿Me recuerdas?- el pelinegro asintió con sus manos en su rostro -hey, tranquilo, no se cuál haya sido su motivo para gritarte de esa manera pero todo está bien, ella no vió al bonito chico que tiene en frente- algunos clientes nos veían por los anteriores gritos de la chica pelinegra, no me molestaba pero tal vez a él si - ¿quieres algo para comer o beber?
-S-solo un café- escuché aún con sus manos tapando su dulce rostro.
-Oh vamos, pide algo más, yo invito.
Espera qué ¿qué acabó de decir? yo no le compraba cosas a nadie y menos a personas que apenas y conocía, este chico es raro.
El que al parecer se llamaba Harry me miró entre sus dedos y poco a poco fue bajando sus pequeñas manos. Tenía los ojos un poco hinchados y rojos, su labio inferior temblaba un poco debido a los sollozos y su pequeña nariz estaba igual de roja que sus ojos.
Dios, que ganas de agarrarle las mejillas y decirle que todo está bien.
-N-no, si lo haces me sentiré peor, solo quiero el café por favor- pidió viéndome con ojos de cachorro.
-Está bien- suspiré -pero yo lo pago.
No lo dejé decir algo más cuando ya me estaba adentrando a la cocina en espera de su café, noté que cuando uno de los chefs lo estaba preparando no le puso azúcar por lo que me tomé la libertad de ponérselo yo mismo.
Al poco tiempo lleve la taza hacia donde estaba el ojiverde, se veía más tranquilo y eso me alegraba.
-Aquí tienes, una taza de café- se la entregué y él hizo como que la inspeccionó y luego me miró -si, si tiene azúcar- le mostré una de mis mejores sonrisa a lo que él me correspondió con una muy pequeña sonrisa.
Gracias después de eso, un silencio se hizo presente. Comenzó a beber del café con mucha lentitud, se podía apreciar como saboreaba la bebida al momento de que esta llegara a su boca, se tomaba su tiempo.
Atendí unos clientes más y me saqué muy buenas propinas debido a mi carisma, este es el ambiente que a mi me gusta, no limpiar inodoros con sorprecitas dentro.
Por pura inercia volteé a ver a Harry quien parecía estar acabando su café, me acerqué a él y justo cuando lo hice, llevó una última vez la taza a sus labios para disfrutar el último trago del café.
-¿Mejor?- pregunté tomando la taza ya vacía entre mis manos.
-Si, muchas gracias.
Se levantó de su asiento y me hice a un lado para que pasara y pueda irse. Se levantó pero no se fue, solamente se paró delante de mí con un brazo extendido.
-Harry Potter- dijo con una sonrisa un poco más grande que la anterior.
Tomé su mano con mi mano que no sostenía la taza y correspondía su presentación -Draco Malfoy
Agradeció por el café y por el pequeño apoyo que le dí con lo de su ruptura, no hice mucho la verdad pero me alegra que haya servido.
Se marchó como la última vez, adentrándose a las multitudes de gente que se encontraban fuera del restaurante.
-No me digas que te flechó- una voz se hizo presente a mis espaldas haciendo que de un brinco del susto.
-Mierda, Blaise, me asustaste- dije girandome para verlo -y no, no me flechó, solo tuve una crisis existencial.
Y sin más, tomé camino a la cocina pensando si el chico volverá, sinceramente espero que si, se ve agradable y tal vez, solo tal vez, me gustaría hacer amistad con él.
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Purple Thread | Drarry
FanficHilo Morado | El hilo rojo une dos almas para amarse por la eternidad. El hilo negro las une para odiarse hasta el resto de sus vidas. Pero el hilo morado, une a dos almas para que ellas mismas decidan si odiarse o amarse para siempre. Draco y Harry...