𓏲ּ ֶָ֢ 𝐁𝐔𝐑𝐍𝐈𝐍𝐆 𝐏𝐈𝐋𝐄 ── Ray ༘ ۪۪̥

𝘁𝘄𝗼. exit

II ¡ CAPÍTULO DOS !
❛ salida. ❜

LA PUERTA HIZO UN RUIDO SORDO AL SER CERRADA ABRUPTAMENTE, Ray apareció por el oscuro pasillo siendo únicamente iluminado por una lámpara de aceite.

— Habéis vuelto... — dijo — ¿Qué tal ha ido? — Norman y Emma pasaron por su lado, ignorándolo completamente.

— Llegamos demasiado tarde. — fue lo único que dijo Norman antes de desaparecer entre la penumbra del pasillo. Ray se quedó mirándolos durante unos segundos, dio la vuelta y caminó hacía la biblioteca en silencio.

— Alice. — la llamó pero ella ya estaba dormida. Ray suspiró, tratar de despertarla era una pérdida de tiempo así que se acercó a la mesa, dejó la lámpara de aceite , cerró lo libros y los colocó uno a uno en su sitios correspondientes, por último, intentó despertarla (aún sabiendo que no lo conseguiría) recibió un gruñido de la castaña — Vamos. — lo volvió a intentar — Mamá podría llegar en cualquier momento y nos va ha castigar... — Ray esperó a ver alguna reacción en Alice pero no consiguió ninguna — Dios, no tienes remedio. — Con mucho esfuerzo consiguió colocar a Alice en su espalda, agarró la lámpara y salió de la biblioteca con la chica a cuestas. — Más te vale acordarte de todo lo que estudiamos cuando despiertes... — le susurró mientras la miraba de reojo, era consciente de que ella no lo estaba escuchando pero por confiar, no confiaba mucho en su capacidad de aprendizaje cuando estaba bajo los efectos del sueño. Solo esperaba que mañana, en la hora del examen diario, Alice se acodara de (al menos) lo necesario como para sacar una nota envidiable.

Anduvo por los pasillos intentando hacer el mínimo ruido posible hasta que llegó a la habitación donde dormía Alice, abrió la puerta lentamente y llevó a la chica a su cama, al destapó como pudo y la acostó. Suspiró cerrando los ojos, no lo diría en voz alta pero la chica era un poco pesada, más si la tenía como peso muerto. La arropó con las sábanas al ver como se hacía bola sobre la cama, se dirigió a la puerta pero antes de poder salir pudo observar como Emma no paraba de temblar. Se detuvo para mirarla detenidamente, sin expresión ninguna salió de la habitación y se dirigió a la suya.

[. . .]

Eran las seis en punto, esta vez fue Guilda quien despertó a Alice. Esta, extrañada, se levantó e hizo su rutina matutina con normalidad.

— ¡Buenos días! — gritó Phill, que estaba siendo perseguido por Guilda por el comedor.

— ¡Oye, Phill! ¡No corras! — gritaba.

Ray se acercó a Alice en cuanto terminó de colocar los cubiertos. — Buenos días, Alice. — la saludó — ¿Dormiste bien? —

— Buenos días, sí, más o menos. — le contestó mientras sonreía.

— Bien. Hoy es el examen de álgebra. — dijo Ray, haciendo que la chica rodara los ojos mientras que suspiraba agotada, era muy temprano en la mañana como par ponerse a pensar en matemáticas. — No resoples, ¿al menos te acuerdas de algo de lo que estudiaste ayer? —