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Bueno, para Jin pensar que su lobo se sentía ansioso tal vez era algo erróneo, ya que en realidad este se encontraba ronroneando mientras tenía su lengua de fuera y se regodeaba mostrando la pancita.

"Pulgoso traidor cola suelta."

Pensó el omega mientras volvía a encender a su bebé y observaba por el retrovisor cómo aquel alfa echaba lo que quedaba de bicicleta en la parte trasera de la camioneta. Apenas apartó su mirada del retrovisor y aquel moreno ya se encontraba subiendo al asiento de copiloto, colocándose el cinturón de seguridad ante la atenta mirada del omega.

—Uh, perdón por eso. —comentó refiriéndose a lo sucedido momentos atrás mientras se llevaba una de sus manos a su nuca en señal de estar apenado—. Solo...no ha sido un buen día y el que mi bicicleta se descompusiera lo empeoro.

Dijo aquello mientras miraba por el retrovisor lateral. Hizo una mueca apretando sus labios hasta que solo eran una línea. Entendía que el disculparse por casi golpearle al lanzar su bicicleta era algo valido, el omega merecía aquella disculpa, pero ¿decirle que había tenido un mal día? Desde hace un tiempo que no daba explicaciones a nadie y solo daba respuestas precisas o monosílabos, aunque sonase grosero la mayor parte del tiempo. Pero justo ahora, sentía que el haberlo dicho estaba en lo correcto, más bien, que habérselo dicho a ese omega era lo que estaba bien. Discretamente llevo su mano a la altura de su pecho, como si esperase a sentir algo, antes de poder extenderla, sujetó con fuerza el cinturón hasta que sus nudillos se volvieron blancos.

"Que estupidez."

Pensó el moreno.

—Ya somos dos. —respondió Jin mientras se ponía en marcha y salía con precaución de aquel paradero para incorporarse de nueva cuenta al tráfico—. Uhmm ¿Hacia dónde me dirijo?

—En los siguientes tres semáforos dobla a la izquierda y luego será un tramo todo derecho. —indicó, luego se quedó viendo su reflejo por el retrovisor lateral.

—Perfecto. —respondió el omega mientras rebasaba algunos autos.

El camino se tornó lento por el tráfico, por eso el moreno se quedó viendo por la ventana como las nubes comenzaban a tornarse de un gris bastante oscuro y se hacían presente las enormes gotas de lluvia que no tardaron en caer. Antes de que todo se tornase borroso, el moreno sacó su celular, colocando la cámara y apuntó hacia el espejo lateral. Guardó su celular cuando las gotas se tornaron más pesadas y el omega a su lado maldecía entre dientes.

—De repente comenzó a llover. —dijo el moreno.

El omega le observó un tanto confundido, pero asintió ante su comentario. Suspiró y encendió las direccionales de emergencia mientras disminuía la velocidad.

—Lo siento, tardaré en llevarte a tu casa. —comentó apenado el omega mientras buscaba algún lugar donde poder detenerse hasta que encontró una fila de autos con las intermitentes encendidas y se unió a ellos.

—No hay problema. —respondió mientras volvía su atención a la ventana.

El moreno a pesar de no estar viendo directamente al omega, podía ver su reflejo por la ventana. Eso y que su aroma se tornó un poco agrio. Retuvo un suspiro, miró la poca cobertura en su celular y entendió la preocupación del omega. El celular de Jin sonó y casi cae de sus manos al momento de querer atender la llamada.

—¿Tae? —cuestionó sin ápice de la preocupación que reflejaba su rostro—. No se escucha muy bien, tengo poca cobertura, pero solo quiero que sepas que estoy bien. Si, iba de regreso a casa, pero me detuve en un estacionamiento. Si, volveré cuando la lluvia se detenga. Ten cuidado.

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