2 ❝𝒫 𝖾𝗌𝖺𝖽𝗂𝗅𝗅𝖺𝗌❞

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Las pisadas eran pequeñas

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Las pisadas eran pequeñas. Casi imperceptibles al pertenecer a dos piecitos diminutos.

Aún así, Conway las había escuchado. Como cada noche hace ya un par de semanas, estaba en su despacho en la tercera planta de su enorme casa, a oscuras. La única luz siendo la de la chimenea encendida. Sentado detrás del amplio escritorio de roble y vidrio, tecleando en su computadora y firmando documentos de papel grueso, con sus lentes de descanso y la expresión seria. A su espalda estaba el enorme ventanal que mostraba la copa de los múltiples pinos del jardín en la zona de bosque en la que vivían, la luz de la luna resplandecía junto a las estrellas y el reloj de Londres deslumbraba aún estando tan lejos juntos a los demás edificios.

Más pisadas. Conway se permitió sonreír, sin quitar la vista del papel en sus manos. Lo firmó con pereza y cerró aquel portafolios de cuero, dejándolo a un lado justo a tiempo cuando la puerta del despacho fue empujada y las feromonas dulces llenaron el espacio, mezclándose con las del Alfa.

Desde la altura de su escritorio, JungKook no podía ver más que algunos mechones rojizos alborotados, el dueño de ellos parado debajo del umbral.

Papi. ─Llamó una suave vocecita, ligeramente temblorosa. Un sorbeteo de mocos y las pisadas se acercaron al pie del escritorio.

El calor del fuego logró iluminar el perfil del cachorrito, y Conway confirmó que lágrimas rodaban por sus mejillas y moquito líquido brillaba en su naricita enrojecida.

Echó su silla hacia atrás, palmeando sus muslos cubiertos por aquel pantalón de pijama. Yun trepó de inmediato al regazo de su mayor, sin soltar aquel peluche que era su adoración desde que Conway se lo había regalado hace dos semanas. Uno original de Disney, Tigger de Winnie The Pooh, la película favorita del pequeño Conway.

El Alfa acomodó el cuerpo frágil en su regazo y lo acurrucó en su amplio pecho, rodeándole y protegiéndole con sus brazos. Yun ronroneó, olfateando en medio de sus pectorales. El peluche de Tigger quedó en medio de sus torsos, calentito y llenándose de las feromonas del Alfa, por lo que el cachorro luego hundiría su naricita arrugada en la cabeza de felpa, encantado.

mockingbird ─ yunway (spainrp).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora