Japón, Tokio
Tokio, una ciudad la cual es una mezcla de lo tradicional y lo ultramoderno, ofreciendo una calidad de vida mucho más alto al promedio, siendo evidentemente un lugar el cual atrae a muchos turistas por lo que puede ofrecer.
Nos centramos en uno de los edificios, más específicamente en la azotea de un hotel en el cual, se encontraban en ese lugar tres individuos.
- Dime compañero, ¿Listo para sufrir? – Le cuestiono a una persona la cual estaba sentado en una silla –
- Vamos, hasta la pregunta me ofende… Me arrepentiré de esto– Lo último fue dicho en un susurro –
- Seré honesto contigo John, creo que exagere un poco con la apuesta que realice con Ana – Lo diría en un tono nervioso mientras miraba con desconfianza al frente suyo –
El ahora identificado como John, vio a su compañero con una cara de pocos amigos, en su rostro era visible una gran molestia y nerviosismo a la vez.
John es un chico de aproximadamente 18 años, de tez blanca, su cabello era ondulado largo, de color negro al igual que sus ojos, llevaba una camisa de color negro acompañado de una chaqueta de color azul marino y unos pantalones vaqueros y unos tenis de color café claro, lo más resaltante era que llevaba un sombrero de vaquero de color café oscuro.- Okey, ya entendí tu mensaje, no hace falta tener esa cara de malhumorado – Lo diría en un tono burlón, mientras levantaría sus manos en forma de defensa –
Mientras que ambos seguían en su propia conversación, la tercera persona decidió hablar después de unos segundos.
- Ustedes dos, dejen de estar quejándose como niños pequeños– Hablaba en un tono de seriedad y molestia, mientras se quedaba cruzado de brazos –
John: - Volteo a ver en dirección de la tercera persona – Vamos Ana, si hablamos de personas que se quejan como un niño, tú eres el mejor ejemplo – Lo diría en un tono claramente burlón –
Ana era una chica de aproximadamente 16 años, de tez blanca, su cabello era lacio pero llegaba hasta sus hombros, presentaba un color azul marino, a excepción de un mechón que era de color blanco, sus ojos eran de color azul claro, llevaba una blusa de color verde acompañado de un suéter de un color verde más pálido, unos pantalones azul marino y unos tenis de color negro.
- Creo que será mejor que no opine en esta ocasión – Lo diría con una sonrisa nerviosa ante la pequeña tensión que se generó – (Chales, mejor ni hablaba)
Ana: Como sea – Soltó un pequeño suspiro – Tu – Apuntaría a John – Y Alberto deberán cumplir con su pequeño reto – Mostro una sonrisa inocente, aunque ambos chicos sabían que de inocente tenía poco –
Alberto era un chico de aproximadamente 16 años, tez blanca, su cabello era lacio corto de color negro, sus ojos presentaban un color diferente de la iris, uno era de color marrón y el otro de color café, llevaba una camisa de color gris acompañado de una sudadera de color rojizo, unos pantalones de color azul mezclilla y unos tenis de color verde pálido –