Prólogo

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Raven.

     Hoy es un día normal en la torre... Bueno, sinceramente no era tan normal. Todos los días pasaba lo de siempre..

     Todos los días pasaba lo mismo, y así seguirá, siendo la misma historia.

     Robin investigaba sobre Slade como siempre estando en su habitación encerrado, Star jugaba con Sedita, Cyborg estaba trabajando en las mejoras para el coche o su ''bebé'', como él le dice.

     Chico Bestia fingía en que miraba la televisión, pero sólo cambiaba los canales seguidamente y sin sentido. Y lo hacía para verme mientras yo leía mi libro.

     Como siempre..

— ¿Se te ofrece algo? —le pregunté directa y seriamente.

— Oh.. ¿qué? —me respondió sin dejar de mirarme de forma indirecta y siendo un inútil— No, no es nada.

— ¿Entonces se puede saber porqué me miras de esa manera? —sentía como empezaba a sonrojarme de lo tanto que él me mirara. Era muy molesto, muy incómodo. Me ponía muy incómoda.

     Quiero que pare de hacer eso...

— E-eh.. —tartamudeó— N-no es por nada, Rae. De verdad. —rió.

     Se hace el torpe, muy típico de él...

— ¡Pues deja de observarme! Me desconcentras de mi lectura. —le dije molesta. Éso ya me hartaba, me iba a explotar de ira.

— ¿Cómo sabes que te observo si no despegas tu vista de ese tonto y aburrido libro? —pregunta alzando su ceja, un poco sorprendido.

— Mira Chico Bestia, yo..

     Iba a seguir hablando, pero me interrumpió la maldita alarma del crimen.

— ¡Titanes, tenemos problemas! —decía Robin, observando la computadora en pantalla grande.

— No, ¿enserio? —crucé de brazos— Pensé que era un gato echando arcoiris mientras va sobrevolando hasta Neptuno. —bromeé sarcásticamente.

— Muy gracioso Raven, pero no lo es. Son la Colmena, y están atacando el centro comercial de nuevo. —dijo mientras el resto se reunía.

     ¡Demonios! Nadie nota mis sarcasmos.

— ¿Y qué estamos esperando, amigos titanes? —decía Starfire.

— Ya sabemos qué hacer. —dijo Cyborg— ¡Pongámonos a trabajar y vamos a pelear!

     Corrimos hasta bajar al garaje y Cyborg encendió el auto-titán, entramos todos y él lo encendió y nos pusimos en marcha.



— Vaya, con todas estas prendas de vestir. ¿Creen que podría quedar bien con algún buen conjunto entre sí? —pregunta Jinx mientras se miraba al espejo en el interior de la tienda de ropa.

— Yo nunca entenderé cuál es la importancia de que las chicas siempre quieren verse geniales, si usan poca ropa pero usan lo mismo de siempre. Una y otra y otra vez. —quejaba Gizmo.

— Pues, debería importar mucho.

— Olviden eso y salgamos de aquí. Ya tenemos todo lo que nos puede servir.

— ¡Alto ahí, Colmena! —les habló Robin— Ese dinero, joyas y otras cosas que robaron no les pertenece. Toda cosa de valor pertenecen de los ciudadanos de Jump City, asi que dejen esas bolsas y ríndanse ahora. —se pone en posición— Antes de que ésto se ponga peor.

lσs sєntímíєntσs dє αmвσs - [ σrígínαl ] ( ʀᴇᴇsᴄʀɪʙɪᴇɴᴅᴏ )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora