El Nuevo Mundo

Desde hace ya una semana que terribles acontecimientos han estado ocurriendo en La Guaira, Venezuela. Personas han desaparecido desde lugares públicos como playas, ríos, parques, urbanizaciones entre otros. Nadie está seguro, ¿lo peor? el Gobernador no hace nada para remediar la situación. Algunos ciudadanos creen que se trata de una gran mafia de tráfico de personas, pero no hay nada confirmado. Nadie jamás ve nada y los ciudadanos no pueden dejar de asistir a sus lugares de trabajo o centros recreativos, mucho menos los jóvenes pese a las innumerables advertencia de sus padres estos los escuchaban pero no prestaban atención a tales advertencias.

Hasta qué sucedió. 

Rosalinda Blanco desapareció.

La joven se encontraba montando su tabla de surf del otro lado de la conocida playa “Los Cocos” en Caribe, había asistido sola ya que, tenía que practicar para las competencia de surfers que se iban a realizar en pocos meses. Ella quería ser la mejor pero no contaba con las cosas que le pasarían a sus escasos diecinueve años. Mientras montaba una gran ola no se dio cuenta de lo que estaba pasando tras ella, metida en el túnel de agua salada esperaba salir pero el túnel se cerró frente ella y el agua se la trago.  Sin embargo, logró salir a flote.

—La próxima vez lo conseguiré. —exclamó.

Cuando se dirigía a nadar hacia la orilla para buscar un poco de jugo ya que, se sentía deshidratada por más que nadaba no lograba avanzar más de un milímetro. Tras darse vuelta logró ver que inesperadamente un gran remolino se había formado, dicho remolino de agua se la estaba tragando y por más que nadara la corriente era mil veces más fuerte que ella y se la tragó por fin.

Las búsquedas por Rosalinda tras el segundo día se iniciaron por parte de las autoridades, la buscaron hasta el cansancio. Fueron buscando desde playa “Los Ángeles” hasta playa “Alí babá”, más no obtuvieron los resultados deseados. Revisaron las playas de Macuto, Playa Verde y la Zorra pero al igual que antes no hubieron pistas del caso. Los días de búsquedas se alargaron, su familia, amigos y vecinos se unieron como voluntarios todos querían que Rosalinda regresara sana y salva.

Nada que la familia Blanco realizará parecía funcionar, colocaron post en Instgram, Twiteer, Facebook, Whatsapp sobre la desaparición de la chica y nadie lograba dar con ella. Desesperados fueron haciendo marchas junto a otros padres que también habían perdido a sus hijos por esas extrañas desapariciones, eventualmente el Gobernador tan cerca de las elecciones aportó su ayuda y trató de calmar a las familias proporcionándoles todo lo que necesitaran.

Las familias afectadas aceptaron la ayuda, con una sonrisa y un rayo de esperanza regresaron a sus hogares. La agonía día tras día aumentaba, padres perdían sus trabajos y otros sus matrimonios, los meses fueron pasando convirtiéndose pronto en años.

Y aquel rayo esperanzador se convirtió en una niebla densa y oscura de infelicidad.

(...)

En un lugar lejano, uno que no se parecía a ningún otro, una joven se encontraba en la orilla de un río. La mitad de su cuerpo estaba sobre la superficie terrestre y la otra mitad sobre el agua,  gotas de agua resbalaban por sus mejillas y el sol brillaba iluminando todo a su paso. Se escuchaban a las aves cantar, a los pájaros carpinteros taladrar y tantas cosas más.

Rosalinda fue de a poco abriendo sus ojos, no reconocía el lugar en donde estaba no parecía que fuera su hogar tampoco recordaba donde o que lo era. Solo sabía que se encontraba en lugar como nunca antes había visto, la vegetación era tan viva y el cielo de un azul tan intenso. Solo podía definir aquel lugar con una sola palabra, Mágico. Esa era la palabra que más lo definía, la joven no podía adivinar si en verdad ella vivía en ese lugar o había llegado inesperadamente.