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Corea del Sur, 1392

El alfa, Kim Taehyung, observaba embelesado a la que sería su futura omega. Ella le daba la espalda mientras arreglaba su peinado, tan linda y delicada, como una muñeca de porcelana. Su cabello rubio brillaba bajo la luz, y su piel impecable era envidia de cualquier omega en el reino. Su aroma a cerezas confitadas llenaba la habitación, una fragancia dulce que embriagaba los sentidos.

Im Na-yeon, la omega destinada a convertirse en la esposa del futuro monarca, era mucho más que una cara bonita. Su belleza y su porte la hacían destacar, pero su ambición y su astucia la colocaban en una liga aparte.

—Te miras muy linda, doncella mía —halagó Taehyung, acercándose a ella.

Na-yeon sonrió con soberbia y se giró para mirar a su alfa.

—Gracias, alfa —respondió, con una reverencia que parecía más una burla que un gesto de respeto.

Taehyung se acercó para depositar un tierno beso en los labios de Na-yeon, pero ella, sin darse cuenta, lo esquivó.

—¿Sucede algo? —preguntó Taehyung, herido por el rechazo.

—No, simplemente me siento mal. No me he sentido tan bien estos días, pero debe ser por mi celo, ya va a ser pronto —explicó ella con desdén.

—Omega, sabes que no podemos compartir la cama hasta que nos casemos —dijo Taehyung, incómodo. El tema del sexo con Na-yeon era tabú para él. Aunque no era virgen, debía mantener una imagen intachable como futuro rey en una sociedad tan conservadora.

—No estoy hablando de eso, Kim. Me refiero a que me he sentido mal. Y no te preocupes por pasar algún celo conmigo, yo me mantendré alejada esos días —aclaró Na-yeon con frialdad.

—Bueno, venía a informarte que saldré unos días de cacería. Es una pequeña salida con mi padre, durará algunos días. En lo que tú pasas tu celo —dijo Taehyung, intentando sonar casual.

Na-yeon sonrió con ironía ante las palabras del alfa.

—¿Y con cuántas omegas o betas irán? —preguntó, sabiendo que esas salidas solían incluir compañía de concubinas del palacio.

—Serán cinco las que nos acompañen, pero no tienes por qué molestarte. Tú serás mi esposa, mi omega, la que gobernará conmigo —dijo Taehyung, abrazándola por la cintura y dejándole un beso en la comisura de los labios.

—Sí, tú diviértete con esas plebeyas, mientras yo te esperaré con la comida lista y las camas tendidas. Como una buena esposa, alfa —respondió Na-yeon con sarcasmo.

Taehyung no captó su ironía y solo le sonrió.

—Gracias, omega —dijo, besándola de nuevo antes de salir de la habitación.

—Idiota —murmuró Na-yeon una vez que Taehyung se fue—. Solo aguanta un poco más, Nayeon. Cuando estemos casados, lo quitaré de mi camino —se dijo a sí misma, sonriendo ante el plan que había ideado junto a su amante.

Taehyung caminaba hacia su amigo más leal, el alfa y Capitán Min Yoongi. Con él se iría, pero tenía que dar explicaciones a su omega, una tarea que preferiría evitar.

—Capitán Min —saludó Taehyung al mayor.

—Vamos, Taehyung, no te refieras a mí con tanta formalidad. Somos amigos de toda la vida —respondió Yoongi, frunciendo el ceño.

—Vamos, Min, sabes que solo te estoy molestando —rió Taehyung, dándole un leve golpe en el brazo.

—Muy gracioso, Kim. ¿Y qué tal te fue con tu "princesa"? ¿Te dio permiso para salir con tu "papá"? —se burló Yoongi.

Taehyung bufó, odiando la burla de su amigo.

—No necesito el permiso de esa omega, pero debo mantener un perfil bajo con ella.

No le iba a decir que iría al pueblo disfrazado de plebeyo junto a Yoongi en busca de un omega macho que traía loco al Capitán.

—Eres el mejor amigo. Me vas a acompañar a cortejar a ese lindo omega de labios rosados que vi el otro día en el pueblo —agradeció Yoongi.

—Necesito recibir algo a cambio, Min. No voy solo porque tenga cariño y apoye tus tonterías —dijo Taehyung, levantando una ceja con superioridad.

—¿Quieres experimentar con un omega macho? Dicen que son tan estrechos que te hacen alucinar —suspiró Yoongi, excitado.

Taehyung, en sus veintiocho años, nunca había estado con un omega macho. No le desagradaba la idea, pero nunca encontró uno que le fascinara.

—Sabes que me encantaría, pero no son muy mi tipo. He visto a demasiados omegas y ninguno ha llamado mi atención.

—No te desanimes, Kim. Vamos a encontrar a ese omega que te robe suspiros y te haga dejar a esa torpe omega —dijo Yoongi.

Taehyung gruñó ante la manera en que su amigo se había expresado de Na-yeon. Su lobo ya la había aceptado como su pareja, aunque fue complicado porque estaba buscando a su destinado.

—Lo siento, pero esa omega no me cae bien —se sinceró Yoongi.

—Está bien, Yoongi, solo no te expreses así de ella. Será tu futura reina y te puede mandar al matadero si se entera de que hablaste mal de ella —bromeó Taehyung.

—Pues más vale que así sea —bufó Yoongi—. Pero ya es hora de partir, es lejos a dónde iremos a buscar a mi omega.

—Vámonos, Min.

Ambos alfas se dirigieron a sus corceles que llevaban sus pertenencias para los cinco días que durarían en la búsqueda del omega del Capitán Min. Partieron del palacio de Jaeson hacia tierras extrañas.

—¿Y cómo conociste a ese omega? preguntó Taehyung.

Yoongi suspiró y tomó las riendas de su caballo, galopando a un ritmo más fuerte.

—Venía de regreso con mis tropas. Para llegar de Japón a Corea, tenemos que pasar por un pequeño pueblo. Nos detuvimos en una taberna para tomar y comer. Y ahí estaba él, ayudando a su madre, o lo que sea que fuese la señora que estaba junto a él. La ayudaba a cocinar y lavar lo necesario para los platillos que servían allí.

—¡Woa! Tanta miel me va a hacer enfermar—se burló Taehyung.

—¿Me dejas continuar? —Taehyung asintió. Gracias. Pues el bonito omega nos atendió. ¡Dios!, su aroma a orquídeas y amapolas era encantador. Sus labios fruncidos y sus cachetes sonrojados lo hacían lucir tan hermoso.

—¿Y no te has puesto a pensar si tiene alfa? —preguntó Taehyung.

—No lo creo. Estoy seguro de que ni siquiera ha besado. Era tan tímido que me sorprendió que se acercara a nuestra mesa— respondió Yoongi

—Ojalá estés en lo correcto. No me gustaría verte matar a un alfa solo porque es el dueño de "los bonitos labios rosados" de tu omega —dijo Taehyung, haciendo comillas con los dedos.

—Lo mataría y luego reclamaría al pequeño como mi omega. Porque sí, voy a regresar con ese omega, mi omega—afirmó Yoongi.

El camino fue ambientado con pláticas y risas. Contaron anécdotas y hablaron de sus planes a futuro. Cada cierto tiempo, Yoongi suspiraba por el bonito omega que había robado su corazón con un simple sonrojo y unas pocas palabras.

El camino fue ambientado con pláticas y risas. Contaron anécdotas y hablaron de sus planes a futuro. Cada cierto tiempo, Yoongi suspiraba por el bonito omega que había robado su corazón con un simple sonrojo y unas pocas palabras.

El camino sería largo, y Taehyung tendría que escuchar a su amigo suspirar por el desconocido omega durante todo el trayecto. Sin embargo, como buen amigo, lo apoyaría en su búsqueda y en su sueño de encontrar a su destinado.

 𝗔𝗻𝗴𝗲𝗹𝘀 𝗟𝗶𝗸𝗲 𝗬𝗼𝘂 ||ᴛᴀᴇᴋᴏᴏᴋ||✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora