Harry y Louis son dos niños de siete años, compañeros de clase y vecinos. Harry se enamora perdidamente de Louis pero el jovencito no comparte sus sentimientos.
Todo parece cambiar cuando ambos comienzan a estudiar en el High School.
[Adaptación]
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Muy bien... comencemos desde el principio.
Con su familia se mudaban a un nuevo pueblo, su padre había conseguido otro empleo mejor remunerado y necesitaban acercarse a este. Así que a su madre le pareció una increíble idea mudarse.
Así que ahí estaban, en el carro después de cuatro horas de viaje, llegando a su nuevo hogar. Sinceramente al castaño no le molestaba, su madre había prometido que haría nuevos amigos, y confiaba en aquello; Además sería la sensación de todos en la escuela al ser el nuevo en aquel pueblo.
Tenía todo bajo control, sabía que se haría popular al no ser conocido por nadie y todos iban a querer ser sus amigos, además...
-¡Hemos llegado!- anuncia su padre estacionando el vehículo, cortando su ensoñación.
Louis asomó su rostro por la ventana, y por esta pudo ver una casa de dos pisos, no estaba mal, pero sabía que su madre la iba arreglar.
-¡¿De qué color es mi habitación?!- su hermana emocionada preguntó bajando de inmediato.
-En un momento lo veras cariño- explico su madre.
-Oye Louis, ayúdame con algunas cajas, dejemos que tú madre y hermana nos preparen algo de comer- le pido su padre cuando lo vio bajar del auto.
-Claro- le respondió cerrando la puerta y acercándose a él.
Su hermana y madre ingresaron a aquella nueva casa que sería su hogar, mientras él ayudaba a su padre a desempacar. Sin saber lo que sería aquello...
Él solo quería que Harry Styles lo dejara en paz. Todo inició en el verano del 57'. Antes de empezar el segundo año.
Para él Alfa fue el principio de lo que sería más de media década de estrategias de evasión e incomodidad social.
Se encontraba dentro del camión de mudanza y en eso unos pasos resonaron dentro de este.
-¡Hola! ¡Soy Harry Styles!- un pequeño con los cabellos algo dorados se presentó tratando de tomar una caja.
-Oye, ¿Qué estás haciendo?- preguntó molesto su padre.
-¿No quiere ayuda?- como un cachorrito perdido preguntó él Omega inclinando su cabeza.
-No, ahí hay cosas valiosas- explico su padre.
-¿Qué tal esto?- le dijo tratando de tomar otra caja.
