Harry y Louis son dos niños de siete años, compañeros de clase y vecinos. Harry se enamora perdidamente de Louis pero el jovencito no comparte sus sentimientos.
Todo parece cambiar cuando ambos comienzan a estudiar en el High School.
[Adaptación]
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Cuando ingreso al High School si que trajo muchos cambios, pero el más grande no fue en su escuela, fue en su casa.
Su abuelo llegó a vivir con ellos. Pero parecía siempre perdido en algún lado, sentado en el ventanal de la estancia, viendo a la calle; Su madre decía que se quedaba así porque extrañaba al abuelo.
Pero no era algo de lo que hablaría con él; Para ser honestos nunca hablaba de nada con él.
Hasta un día, que Harry apareció en el periódico local.
Esa noche había bajado por un vaso de agua, y era inevitable no pasar por donde su abuelo se encontraba, así que luego de tomar aquel vaso trazo su caminó a su dormitorio.
-Oye Louis, ¿podemos hablar?- lo interpuso su abuelo.
-¿Qué?- sorprendido preguntó.
-Ven, siéntate- le ofreció el sofá frente a él libre.
Sin pensarlo dos veces el joven Alfa tomó asiento frente a su abuelo, era algo raro e inusual que aquello pasará. Cuando se encontraba sentado por fin habló su abuelo Alfa:
-Cuéntame de tu amigo, Harry Styles- le pidió con una sonrisa.
Louis se la devolvió nervioso-: Harry no es mi amigo- le respondió.
-Oh, ¿Y por qué no?- sorprendido preguntó su abuelo.
-¿Por qué quieres saber?- decidió preguntarle.
Su abuelo con una sonrisa le extendió el periódico que tenía en manos; Y bueno, Harry no había aparecido en la portada del periódico local por ser un Einstein, si no porque se negaba a bajar de un árbol de sicomoro.
Aquel estúpido árbol de sicomoro.
Desde que tiene memoria aquel joven Omega parecía obsesionado con aquel árbol. Siempre creyó que el sicomoro era un regalo divino a la esquina del universo.
-¡Oye Lou! ¡¿Quieres subir al árbol conmigo y mis hermanos?!- le preguntó el pequeño Omega de cabellos de oro con una sonrisa pero con dientes faltantes.
-No gracias- le respondió él cachorro Alfa, retomando su camino en su bicicleta.
Y aquella obsesión era de siempre.
-¡Lou! ¡Ven conmigo! Es divertido- le prometió ahora un Harry de 10 años, con los cabellos color chocolate.
-Eh... no puedo... porque... porque... papá me pidió ayuda con algo, si- se excusó y se fue en su bicicleta lo más rápido que pudo.
Nunca subiría con él; Era lo ultimo que le faltaba, subir a aquel árbol con Harry sería lo mismo que en el segundo año:
"Harry y Louis sentados en un árbol"; En opinión personal al joven Alfa, preferiría comer el resto de su vida habichuelas, antes de subir a ese árbol con él Omega.