Capítulo cuatro

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La suma de las partes.

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Se encontraba en el jardín trasero junto a su padre. Lo observaba pintar en aquel lienzo.

-Ya sé porque te gusta venir aquí- habló el joven Omega.

-Puedes explicárselo a tu madre- burlón le pidió su padre.

Le gustaba ver a su padre pintar; Mejor dicho: le gustaba escuchar a su padre pintar.

Ya que de esa forma aprendía mucho de él; Como había conseguido su primer empleo vendiendo heno o que le hubiera gustado terminar de estudiar. Pero un día lo sorprendió.

Su padre resalto las nubes de su pintura y se atrevió a preguntar-: ¿Qué sucede entre tú y... Louis Tomlinson?- inquirió con un poco de molestia, su Omega aún era un cachorro a sus ojos.

-¿De qué hablas? Nada- nervioso le contestó.

-Ah entiendo... me equivoqué- le dijo con falsa despreocupación.

-¿Por qué piensas eso?- preguntó suavemente.

-Por nada- remojó su pincel -Es solo que tú, hablas de él todo el tiempo- le explicó su padre.

-¿Ah si?- preguntó viendo sus deditos sobre su regazó; Su padre hizo un ruido en afirmación-: No lo sé, creo que pienso en sus ojos, o tal vez en su sonrisa- fue honesto.

-¿Y qué pasa con él?- preguntó viéndolo a los ojos.

-¿Qué?- sin entender murmuró.

-Tienes que analizar el cuadro completo- explico

-¿De qué hablas?- le preguntó acomodándose mejor para escuchar.

-Un cuadro es más que la suma de sus partes- inició, tomo su pincel y un poco más de pintura -:Una vaca por si sola es solo eso- trazo lineas finas -Un valle por si solo, son flores, plantas- difumino una área -Y el sol asomándose encima es solo un has de luz- limpió sus dedos -Pero si pones todo eso junto... eso puede ser mágico- concluyó viendo a su hijo a los ojos.

Harry lo analizó, pero en realidad no entendía lo que quería decirle. Hasta una tarde que subió al sicomoro.

Rescataba una cometa, estaba muy arriba, más de lo que nunca había subido. Pero entre más subía, más impresionante era la vista; Y comenzó a notar lo bien que olía la brisa, como a sol y hierbas. No podía dejar de respirar, de llenar sus pulmones con el aroma más dulce que jamás había conocido.

-¡Encontraste mi cometa!- él joven Alfa hablo desde abajo.

-¡Lou deberías subir! La vista es increíble- suspiró sonriendo.

-No, no puedo, me luxe mi... tengo salpullido- se excusó.

Harry se limitó a rodar los ojos, él se lo perdía, aquello era único e inigualable.

Flipped || L.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora