Capitulo 8

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~Secreto en las duchas~

    Ramiro y Natasha seguían en los baños, y el chico la tenía recostada contra la pared a punto de meter sus dedos dentro de la fina tela que solo cubría la feminidad de la chica y dejaba al aire su trasero.

—No a muchas les gusta llevar este tipo de ropa interior — comenta, mientras unos golpes resuenan al otro lado de la puerta.

—¡Abran la puerta, quienes estén allí adentro! — la voz del director suena molesta y nada amigable —Ramiro Jones, sé que estás allí adentro. Abre por tu cuenta o abriré la puerta en cuanto llegue el bedel — informa, y Natasha se pone inquieta.

—Joder, me van a ver aquí adentro contigo. ¿Qué van a pensar? — dice, apartando al chico que le resta importancia a la situación.

—Nada del otro mundo, solo que somos dos jóvenes queriendo experimentar — responde él con tranquilidad.

—Jódete — la chica golpea su pecho y él se echa a reír.

—Vale, vale, cálmate. Hay una ventana por si no lo notaste — señala el cuadrado que deja entrar luz natural, y Natasha corre hacia ella.

—Pero me fracturaría un pie si intento escapar, idiota — informa cuando se da cuenta de que no hay nada donde caer, excepto el césped con piedritas que está a dos pisos de altura.

—No te vas a lanzar mujer araña, solo te vas a colgar por unos segundos mientras los distraigo y puedas volver a entrar — propone Ramiro.

—Y claro, como me parezco tanto a Apolonia — Natasha habla con sarcasmo, y Ramiro hace gestos.

—¿Apolonia?

—Sí, la chica de mi grupo que parece más un chico.

—Ooh, ella, jaja, de veras que eres mala, pero si, tiene Buenos brazos.

—¡Te doy un minuto, Ramiro! — la voz de Enrhé se vuelve a escuchar, y ambos miran la puerta que podría ser abierta en cuestión de segundos.

—Vale, solo muévete tu culo o da la cara.

—Prefiero dar la cara.

—Ok, pero te advierto que también serás llevada a dirección y te verán involucrada en todo.

—Pero si no he hecho nada — Natasha defiende su inocencia, y Ramiro relaja su rostro como si no tuviera caso discutir con ella.

—Estamos aquí solos, y de alguna manera logré escapar de la pelea, de la cual nadie saldrá ileso a menos que no haya estado presente.

—Es que en verdad no debí dejarte que me trajeras aquí.

—Pero si lo deseabas tanto, promiscua — Ramiro acaricia su labio inferior, y Natasha lo aparta con brusquedad.

—No me digas así.

—Puedo llamarte así y muchas otras cosas más. Ahora sal o espera a que abran la puerta y nos lleven a dirección — dijo Ramiro con una mezcla de diversión y seriedad. Natasha suspira profundamente antes de saltar por la ventana para colgarse de ella.

  Ramiro se aleja y se posiciona cerca de la puerta, que fue abierta por uno de los bedeles del instituto. Enrhé entró y escudriñó el lugar como si analizara todo el perímetro. En una de las bancas de azulejos, vio el suéter del chico con una caja de cigarros encima.

—Aparte de violar las normas de convivencia y comportamiento, también tienes el descaro de violar la norma de cero sustancias que perjudiquen la salud — reprendió el hombre, tomando la caja de cigarros para luego arrojarla al basurero del instituto, donde quemaban toda la basura.

El Grupo ConfusoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora