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Episodio 63

* * *

"Por favor, deténgase allí".

El carruaje privado se detuvo y una mujer de aspecto joven que llevaba un sombrero beige de ala ancha se apeó con cautela.

La mujer era Carol.

Carol echó un vistazo a las carreteras transitadas, donde la gente y los carros pasaban sin parar.

"Mi señora, ¿adónde vas? Es muy complicado aquí, ¿no?

El cochero asintió con la cabeza con una sonrisa.

Pero Carol lo miró y, sin responder, tiró una moneda para pagar.

Y sin dudarlo, se dio la vuelta y caminó hacia adelante.

"Caramba... . qué."

El cochero, avergonzado, refunfuñó y volvió a conducir el carruaje para encontrar al cliente.

"¿Qué tan complicado es esto? Es guapo, pero está orgulloso de sí mismo. ¿Por qué no te esfuerzas?"

Como se preocupó el cochero, este es un mercado enorme formado en el centro de la capital.

No había nada que no se pudiera encontrar en este mercado de larga tradición.

ya sea una persona, un objeto o información.

Siempre está ocupado porque las mercancías y las personas van y vienen sin descanso día y noche.

Los edificios sucios y en ruinas están densamente poblados porque no es un lugar donde la clase alta suele ir de compras como el distrito de Nasiel.

En cada una de las vertiginosas callejuelas se repartían pequeños comercios hasta grandes comercios.

El camino era tan complicado y retorcido como un hormiguero, que había un alto riesgo de que los novatos inevitablemente se perdieran y pasaran por cosas difíciles.

Entonces, un lugar peligroso y complicado donde se debe colocar la mayoría de los guardias.

Sin embargo, Carol se movió rápidamente, caminando acostumbrada a estos callejones sinuosos.

Camine recto, gire a la derecha, gire a la izquierda, baje las estrechas escaleras de la esquina, gire de nuevo a la izquierda, gire a la derecha, rodee el pequeño edificio, suba de nuevo, a la izquierda... ... .

cuanto tiempo tomo

Finalmente, Carol encontró una taberna pequeña y destartalada y llamó a la puerta verde desconchada.

"quién es. ¡No hay negocio!"

"Duele ser mordido por un tiburón bebé, duele ser mordido por una madre tiburón, duele mucho. Ábrelo antes de que te muerda.

La puerta del bar se abrió con un crujido cuando introdujo hábilmente su contraseña personal.

El hombre que abrió la puerta se rascó la cabeza y se inclinó para saludar a Carol.

"Oh mi... . Lo siento. ¡Carol, cuánto tiempo sin verte!"

"¿Qué hay de tu tía?"

"Hay."

"Guíame."

Cuando Carol entró, ordenó claramente, y un hombre sórdido cerró la puerta apresuradamente y tomó la delantera.

La vieja taberna no tenía ventanas, por lo que estaba oscura porque no entraba la luz del sol. Olía a polvo y estaba lleno de telarañas como si no lo hubieran limpiado.