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146-150

capitulo 146

El príncipe Félix suspiró pesadamente.

"Ja."

¿Por qué, Félix? ¿Estamos en problemas?

Aunque imperfecta, la concubina Ibelin, cuyo tono de voz y mente eran más claras que antes, susurró a Félix y preguntó.

"No madre."

Miró hacia el oscuro cielo nocturno de otoño y sostuvo la mano de su madre con fuerza.

"Sería mejor convertirse en emperador como dicen. El cuerpo será duro, pero el interior será cómodo".

"Cuando dices emperador, ¿te enfermas?"

La concubina Ibelin inclinó la cabeza e hizo la pregunta con desconcierto, y el Príncipe Félix respondió amablemente.

"En lugar de ser el príncipe del palacio en las profundidades del mar, sería mucho más molesto, ¿verdad? Por supuesto, mamá puede hacer lo de siempre."

El Príncipe Félix, cuyos ojos azules que se podían ver a través de sus lentes se volvieron más claros, continuó hablando con quienes lo rodeaban.

"Démonos prisa y esquivémoslo. Mucha gente se mudó por mí, pero no quiero morir aquí".

"Si su Alteza."

De esta forma, en la Mansión de Argenthoz, se reunían a cada instante quienes luchaban contra los magos negros que ocupaban el palacio imperial, encabezados por Félix.

Además, cuando se unió el mejor gremio de información, Demirant Guild, comenzaron los preparativos de batalla a gran escala.

Caballeros y magos se turnaron para proteger el área alrededor de la Mansión Argenthoz.

Los llamados rebeldes se reunieron y comenzaron a prepararse abiertamente para la batalla, pero la mayoría de la gente no creía que fueran rebeldes.

Fue porque el Demirant Guild movilizó toda su inteligencia y difundió rumores de que esta era una operación inevitable para recuperar el palacio imperial manchado con magia negra.

La historia del repunte de la opinión pública se extendió rápidamente por toda la capital.

"¡Dicen que hay un brujo!"

"Sí, pensé que era un poco raro".

"¿Al palacio imperial? ay dios mío."

"¿Un mago negro? Entonces, ¿Su Majestad el Emperador está siendo amenazado por un brujo?"

"No lo sé, ¿no deberíamos salvar a Su Majestad rápidamente?"

"No sé cómo seguir la ley marcial... ."

Fue un verdadero caos.

La tensión de que pronto estallaría una feroz batalla sacudió la capital, el corazón del Imperio Verbent.

Y esa noche, como estaba previsto, el duque Ludnine Eels regresó a la Mansión Argenthoz.

Y eso también mientras sostenía la mano de la princesa Yvonne Argenthoz.

"Es tarde."

El duque Yiels, que los saludó con calma, no soltó la mano de la princesa Argenthoz ni siquiera mientras miraba a su alrededor.

Como puedes ver, los dos eran amantes.

"¡¿UH Huh?! ¡De verdad, los rumores que circulaban entre ustedes dos eran ciertos! Por supuesto, la princesa Félix y el príncipe Félix... ."

Cuando el Conde Ollit saltó de su asiento y gritó sin previo aviso, el Príncipe Félix se le acercó en un instante y le tapó la boca.

"¡jajaja! ¡Yo también escuché ese rumor! ¡Ustedes dos se ven tan bien juntos!"