Capitulo 48

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Estaba trabajando tranquilo con mi computador portátil y de repente suena el teléfono, la llamo a Betty pero ella no me contestaba. Entonces decido atender yo la llamada y resulta de que a Marcela, te pregunto cómo estaba y me preguntó si iba a salir a algún lado entonces le dije que no que ya estaba saliendo y que me iba a ir a mi apartamento. Mientras hablo como sea veo que llega Betty, me mira que estoy hablando con Marcela y le hago señas como que no me importa nada lo que está diciendo ella porque en realidad así era ni me importaba lo que Marcelo estaba hablando o lo que me decía en ese momento. Le dije que iba a ir a mi apartamento y que si quería podía llamar más tarde para que compruebe que era cierto lo que yo le estaba diciendo, porque para esa mujer siempre tengo que darle una explicación de dónde estoy o lo que hago como si fuera un niño pequeño.
Dije que otra posibilidad también era que yo vaya al apartamento de ella y entonces así podía constatar a qué hora entro a qué hora salgo con quién estoy. Entonces me despedí de ella y colgué el teléfono.

Me dirijo sonriente a la oficina de Betty, le digo que si ya nos vamos para su casa y que hoy no podíamos hacer nada. Sabe su carita que padecía triste le digo que no voy a mirar así lo que pasa es que Marcela estaba muy celosa que estaba molestando demasiado y que yo solo quería tranquilizarla por eso iba a mi apartamento.
Dije que mañana hariamos algo juntos, que nos iríamos primero al evento que nos invitó Adriana Arboleda. Nos quedaríamos un ratico como para hacer acto de presencia y después nos iríamos por ahí algún sitio. Le dije que yo quería estar con ella mañana, que quería estar juntos y luego le dije que venga conmigo que yo la llevaba a su casa.
Dijo que vaya tranquilo que venían por ella entonces yo le pregunté quién era que venía por ella y ella me respondió que venía su papá a buscarla. Me pareció raro entonces le pregunté si ella estaba bien y ella me dijo que sí que estaba bien. Le dije que bueno que nos veíamos mañana y le di un dulce beso en su mejilla. Pero noté tan triste que le volví a preguntar qué le pasaba, es que hacías unas horas que la estaba anotando demasiado triste y no sabía qué era lo que le estaba sucediendo y ella tampoco estaba contando qué es lo que le sucedía.
Me dijo de que era porque lo podían ver porque estábamos en la oficina, le dije que tenía razón y que a veces se me olvidaba. Después le dije que qué bueno que descanse también le dije que era mi picarona lindísima que estaba agotada, le sonreí antes de irme.

Voy saliendo y cuando llego a la puerta del elevador Patricia Fernández me pregunta si ya me iba y le respondí que sí y si ella iba a seguirme o sí quería venir conmigo en el carro. Le dije que acababa de hablar con Marcela y que le había contado dónde iba a estar pero que vos le iba a contar a ella mi recorrido que primero iba a ir a mi casa y que luego posiblemente iba a ir al apartamento de Marcela para ver cómo estaban las cosas allá, si ella quería venir conmigo. Pregunta por qué le hablo así como si ella no supiera, entonces le dije que le hablaba así, que me demostrara que ese cerebro virgen todavía tenía una neurona. Sabes por qué te hablo así debe de ese interés que tienes en saber que hago de mi vida, pronto pues pensaba de que tengo todo interés en ti o de repente también puedes pensar que tú eres una espía de Marcela está trabajando hasta esta hora para saber con quién salgo y a dónde voy.
Se hace la asombrada y yo le dije que sí que usted, le dije que por qué lo hacíamos una cosa que recogía sus cosas y se viniera conmigo en el carro así se ahorraba el espionaje. Que yo no la conocía y que ella solamente venía a trabajar entonces yo le dije que sí que a trabajar pero haciendo chismes, dije muy enojado porque así estaba con ella.
Le dije que me dejara de mirar así y que se vaya a su casa y me fui bufando del lugar.

Llegó un nuevo día y llego a mí oficina, saludo ya que me dijeron que Betty estaba con Catalina. Esta última sale en la oficina de Betty y la saludo con un beso, dice que necesita saber las telas que vamos a utilizar en la colección para poder armar las carpetas. Dije que todavía no había cerrado esos negocios y que me tenía que esperar un poco, yo me encargaba de eso hoy y ella me dijo que tenía que ser pronto. Le dije entonces que no se preocupara y Catalina se fue de mi oficina.
Apenas salió ella la llamo a Betty y cuando ella llega le pregunto si teníamos cita con la gente de textiles. Ella me respondió que teníamos cita a las 2, también le pregunté qué había pasado con el banco Montreal porque si no los hacía del desembolso no podríamos cerrar ningún negocio. Me respondió que hoy quedaba arreglado todo, se queda parada sin hacer nada entonces le pregunto por qué está parada y que teníamos muchas cosas que hacer que se apurara. Me dice que que sí pero se estaba por meter dentro de su oficina y la llamo de vuelta y le pregunto que a ella le está pasando algo que estaba muy rara. Te dije que por favor me dijera y que confiara en mí, nuevamente le pregunté qué es lo que estaba pasando pero ella me respondió que nada.
Me dijo que estaba muy bien y se metió a su oficina yo me quedé asombrado y a la vez pensativo porque no se notaba que estaba bien y eso me tenía preocupado.

A los pocos minutos Betty sale de su oficina informándome que había llegado Claudia Elena Vázquez, le dije que había sido un favor y que lo llevara a la sala de juntas como también que llamara a Hugo para que estuviera en la reunión.
Cuando ella salió de mi oficina aproveché para buscar en la bolsa que me había dejado Mario una tarjeta y unos chocolates, leí la tarjeta que había escrito Calderón no me gustó nada lo que estaba escrito pero tampoco tenía tiempo para cambiarlo así que lo dejé como estaba y se lo llevé a su oficina donde lo coloqué en su escritorio, me sonreí pensando en Betty en mí Betty.
Ella llega a mi oficina diciéndome que ya están en la sala de junta y que también Don Hugo va para allá, le dije que estaba bien. Después le dije que vaya por sus cosas y que la esperaba en la sala de junta y ella se fue a su oficina donde estaba seguro que iba a ver mi regalo y eso me ponía muy feliz.
Luego voy a su oficina y le digo si vamos, la veo triste y con ojos llorosos entonces le pregunto qué le pasaba porque estaba llorando y ella me respondió que estaba muy linda la tarjeta y me agradeció como también me dijo que yo escribía muy bien.
Le agradecí y le dije que me hubiese gustado escribir otra cosa porque ella se merecía todo, pero ella me dijo que estaba perfecto, dije que me alegraba mucho y que sí íbamos a la sala de juntas. La llamé como dos veces porque parecía que estaba en otro lugar, cuando vi que reaccionó le dije que la esperaba en la sala de juntas y me fui para allá.






Continuará

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