TO CONQUER THE NEVERLAND ||THE PROMISED NEVERLAND FF

CONOCIMIENTO DE TODO || CAPITULO VEINTIUNO

Miraste como cuatro figuras se inclinaban y presionaban sus oídos en la puerta de madera; otras dos personas se pusieron de pie para asegurarse de que se mantuvieran en silencio mientras escuchaban la conversación.

Aunque estaba oscuro, había algo de luz que venía de la puerta de la habitación de Krone que te ayudaba a ver mucho.

Desde aquí, solo podías ver las expresiones de aquellos que se inclinaban hacia la puerta, sus rostros girados hacia tu lado, que eran Nat y Lannion.

Al principio, sus rostros mostraban confusión, en cuanto a por qué estaban haciendo esto, con el ceño fruncido por el nerviosismo.

Lentamente, sus rostros se volvieron sombríos, dándose cuenta de lo que estaban aquí para averiguar.

El terror estaba escrito en todos sus rostros, así como la incredulidad.

Es mentira... ¿verdad?

¡Debe ser una broma de algún tipo...! Verdad...?

Sí. Así es. Las respondiste en tu cabeza. Para ti, viviste una vida de mentira. Para ellos, sus vidas son todas una broma.

Don y Gilda luego tocaron los hombros de los cuatro, indicándoles que debían irse antes de que los que estaban dentro de la habitación abrieran la puerta.

Caminan hacia ti y te muestras, sin molestarte en esconder el dispositivo en tu mano.

Te miraron por un rato, congelados en sus lugares.

Les diste una pequeña sonrisa y señalaste una habitación vacía.

Los seis se miraron, asintieron y te siguieron.

Entraron lentamente en la habitación. Nada más que pasos cuidadosos se podían escuchar mientras caminabas. Estaban callados. Los que recién se enteraron, estaban callados por la sorpresa y la confusión. Y los que sabían desde hacía tiempo, guardaban el mismo silencio con respecto a los que acababan de enterarse de la verdad.

Gilda se asomó por la puerta para ver si alguien la seguía y la cerró.

Los seis te rodearon en la cama más lejana y luego siguieron unos momentos de silencio.

"¿Qué exactamente..." Nat rompió el silencio ensordecedor. "¿Eran ellos...? ¿Qué es este lugar?¿Qué... significaba todo esto?"

Miraste a tu alrededor. Los cuatro que se acababan de enterar estaban al borde de las lágrimas.

"Don... Gilda..." Los llamaste y asentiste con la cabeza. Ya no hay vuelta atrás. Van a tener que saber.

Los dos asintieron lentamente.

Gilda y Don explicaron todo, lenta y cuidadosamente para no cargarse con la oscuridad de su realidad de un solo golpe.

Fue por consideración.

Porque incluso Don y Gilda se enteraron de todo en un lapso de tiempo... mientras que estos cuatro tenían que averiguar cada detalle de una sola vez.

Así que hicieron todo lo que pudieron para ayudar a que el proceso fuera más lento.

"¿Todo fue una mentira...?" Nat murmuró.