𝗟𝗶𝘁𝘁𝗹𝗲 𝗠𝗼𝗺𝗲𝗻𝘁𝘀 ❝ ᵈᵘˣⁱⁿᵒ ❞

【🌸】𝗧𝗋𝖾𝖾 𝗂𝗇 𝗍𝗁𝖾 𝗌𝗉𝗋𝗂𝗇𝗀

En sus manos llevaba una pequeña canasta que llevaba para hacer su picnic con Aquino, dentro de ella llevaba lo necesario para hacer su tarde agradable.

Iba con mucha tranquilidad y paciencia, pues no sentía que hubiera alguna preocupación o necesidad para acelerar su paso, él sabía muy bien que su lindo novio iba a llegar tarde y por eso mismo iba a ese paso.

De un momento a otro encontró la colina en la que se iba a realizar aquel picnic, por lo que subió con más lentitud, pues no quería cansarse a mitad de camino.
Llegando casi a la cima se encontró con una linda flor naranja que llamó por completo su atención, y no supo el porqué, pero en ese instante se le vino la imagen de su novio a su mente. Sonrió y siguió su camino.

Una vez ya en la cima puso su canastita a un lado y de ahí saco una manta rayada de colores rojo y blanco. Algo cliché, si, pero a ellos dos les gustaba.
Seguido de eso saco unos platitos blancos en los que futuramente comerían juntos. Por último, Duxo termino de acomodar los platos y se sentó a esperar.

No pasó mucho tiempo para que pudiera ver cómo su novio llegaba agitado y sudado a su punto de encuentro. Duxo solo sonrió.

-Du...Duxo-Aquino paró y se agachó un poco poniendo sus manos en sus rodillas en señal de cansancio-

-Ven, siéntate-Duxo hablaba con una dulzura en su voz que nadie más que su novio podría escuchar.

-Perdón por el retraso, me quedé dormido-Hablo Aquino mientras dejaba su canasta al otro lado de la manta y se sentaba al lado de su novio-

-¿Otra vez te quedaste hasta tarde despierto?

-Si... Tuve que trabajar hasta tarde y a esa hora ya no pasaba el camión, entonces me tocó caminar hasta la casa.

-Si quieres, después de comer puedes dormir un rato, yo no me iré.

-No, tranquilo. Quiero pasar la tarde contigo pero despierto-le dió una sonrisa de bobo enamorado a su novio y después se acercó más para darle un beso en los labios-

-Ja, ja. Está bien-y le devolvió el beso-

Era un beso dulce y suave qué ninguno quería acabar. Movían sus labios con delicadeza y frecuencia hasta que con mucho cuidado abrieron sus bocas de poco en poco. Sus lenguas se juntaban en una danza poco ruda pero que ambos disfrutaban.
Gracias a que ambos necesitaban del oxígeno tuvieron que separarse.

-¿Te parece si comemos ya?-Duxo le pregunto y de mientras se recostaba en el hombro de Aquino-

-Claro, mientras más rápido mejor.

Estaban recogiendo sus cosas para irse a casa.

Mientras comían habían acordado que Aquino iría a la casa de Duxo para ver unas películas y si terminan muy tarde (claro que lo harían) se quedaría a dormir allí. Pero si querían tener su tiempo de películas tenían que irse del lugar temprano, pues ya tenían planeado que películas iban a ver y no es que fueran pocas y mucho menos cortas.

Ya habían terminado de recoger sus cosas cuando a Aquino se le viene una idea a la mente. Miró a su novio el cuál estaba detrás suyo, le ofreció su mano y cuando vio que ya la agarró empezó a caminar.
En la mitad del camino, Duxo vio cómo Aquino se desviaba y se iba en una dirección desconocida, por lo que causó duda y preguntó.

-Aquino, ¿Recuerdas por donde viniste?

-Si.

-Entonces...¿Por qué estamos yendo por aquí? Que yo recuerde, nunca hemos venido por este lado.

Aquino no dijo nada.

-Wow. Me encantaron tus palabras-Le dijo Duxo a su novio con aburrimiento-

-Tú solo déjate llevar-Fue lo último que Aquino dijo antes de acelerar su paso.

El lugar en el que estaban ahora era muy lindo y romántico.

Duxo no supo en que momento llegaron a un campo de flores, solo supo que este era el plan de Aquino.

En un momento, Aquino soltó su mano y empezó a correr.

-¿Aquino?...¡Aquino!-Duxo también corría detrás del chico mientras gritaba su nombre-

Y mientras Aquino reía y corría, Duxo se preguntaba acerca de la actitud de su novio.

Nada estaba teniendo sentido para el bajito hasta que vio el lugar en el que habían parado.

En una pequeña colina rodeada de flores se encontraba un hermoso árbol que, al igual que el pasto, tenía unas lindas florecitas. Aquel árbol era lo suficientemente grande para dar una muy buena sombra, aunque no necesitarían tanto de esa sombra, pues ya estaba cayendo el sol.

La pareja caminó hasta donde estaba el árbol y se sentaron uno al lado del otro.

-Este lugar es muy lindo-empezo hablando Duxo mientras miraba a todos los lados-

-Si, y siempre me hace acordar a ti-Aquino miró a Duxo, pero no era cualquier mirada, era una mirada que le transmitía amor.

Duxo no tuvo como responder con palabras, en cambio, se quedó mirándolo. Su cara se puso rojita y sonreía nervioso. Esa era la respuesta que Aquino quería.

-Sigo sin creer que hayan pasado 5 años desde que me enamoraste y aún así me sigo sintiendo nervioso-Duxo se le recostó en el hombro como había hecho hace rato, la diferencia ahora era que estaba abrazando el brazo de su amado.

-¿Y eso es bueno o malo?-Aquino también recostó su cabeza sobre la del contrario-

-Bueno, muy bueno. Porque tú eres el único que me puede poner así.

Aquino también se sonrojó.

-Espero que eso sea así por mucho.

Ñañañañañañaña