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Yukio estaba enfermo

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Yukio estaba enfermo. Sudaba profusamente. Su cabeza dolía tanto que no toleraba la luz artificial y a veces la natural. Su temperatura subía a niveles preocupantes.

Yeosang colocaba paños húmedos sobre la frente de su hermano menor, mientras Joohyun le rogaba a su hijo que se mantuviera con vida.

La marca de Yukio que ni siquiera estaba del todo cicatrizada —era un proceso lento que se hacía con ayuda del alfa— había tomado un tono violáceo, algo no apto para un omega, y menos para uno gestante.

—Mamá—dijo Yeosang alarmado—. Yukio no mejora, su fiebre ha aumentado los últimos cuatro días. Debemos llevarlo a un hospital.

—Tómalo en brazos y envuélvelo con la frazada para que sude su fiebre—el alfa hizo lo indicado. No fue tan fácil, su hermano estaba delicado.

Joohyun abrió la puerta y se paralizó al ver a su esposa ahí.

—¿Qué hacen?

—Yukio está con fiebre, y su marca se puso violácea, lo llevaremos al hospital.

—Devuélvelo a su cama—ordenó cruzándose de brazos.

—¿Qué? No, no lo haré—refutó Joohyun a lo que Seulgi la tomó del brazo.

—Yeosang, devuelve a tu hermano a su cama, o sufrirás las consecuencias junto a Joohyun.

—Madre, pero Yukio está muy mal—la alfa apretó su agarre en el brazo de Joohyun que se quejó.

—Hazlo, Yukio debió pensarlo antes de dejarse marcar por un alfa que no era el padre de su cachorro. No lo llevarás a un hospital, si empeora llamaré a un médico.

Yeosang sintió un profundo rencor por su madre. Le pidió perdón a Yukio y a su sobrino y regresó par dejar a su hermano sobre la cama. El omega entreabrió los ojos antes de cerrarlos y volver a llorar entre sueños.

La puerta se cerró violentamente y Joohyun corrió a revisar al omega.

—Debiste sacarlo, Yeosang.

—No podía, ella te lastimaría.

—No me importa, ustedes son mis hijos, lo más importante para mí.

—Mamá—el alfa abrazó a la omega que empezó a llorar en brazos de su hijo mayor.

—No perdonaré nunca a Seulgi por lo que hace sufrir a tu hermano. Yukio cometió errores, pero todos lo hacemos y además estaba con HyunJin, ellos se aman tanto. Él lo ama tanto que aceptó un cachorro que no es suyo.

Ambos se abrazaron con más fuerza, esperando que la Diosa calmara el sufrimiento que pasaba el omega que sufría en sueños. El aroma de Yukio ya no era dulce, era agrio, demasiado agrio, porque si omega se estaba dejando morir.

 El aroma de Yukio ya no era dulce, era agrio, demasiado agrio, porque si omega se estaba dejando morir

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Cachorro ¿Hwang?¹ | HyunJin & Male ReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora