*******capitulo 2*******

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Me dejé llevar por la emoción de estar rodeado de tanta gente, bebí bastante cerveza y no comí gran cosa, por lo que el alcohol no tardó en hacer su efecto. De pronto Harry , mi vecino, me viene riendo y diciendo que dos chicas querían conocerme. Miré a donde señalaba y una chica empezó a saludarme, le levanté la mano devolviendo el saludo y se acercó hacia mí con una copa de whisky con cola, mi "cubata" favorito. Me tomé ese vaso casi de un trago, la chica que se llamaba Camila empezó a retozar conmigo y me trajo otro cubata. Había ligado y sin tener que trabajarme a ninguna chica. Creo que me tomé unos cuatro cubatas mientras Cami no paraba de rozarse conmigo bailando, pegaba sus pechos a los míos, me daba piquitos en los labios, apretaba su trasero contra mi pene. Yo estaba totalmente borracho pero consciente de que esa chica quería echar un polvo. Qué casualidad, yo también quería. De pronto Camila desapareció y tras cinco minutos volvió con su bolso, me preguntó si yo estaba en condiciones de echar un polvo, me sorprendió que fuera tan directa a pesar de lo salido que me estaba poniendo sus continuos roces. Por supuesto que le dije que sí, así que me llevó de la mano hasta las habitaciones de invitados.

Mi amigo Niall siempre dejaba esas habitaciones para las parejas que conseguían triunfar en sus fiestas. Con la borrachera que tenía me estaba costando trabajo seguir a su ritmo, pero llegamos a la habitación sin problemas, cerró la puerta por dentro para que nadie nos sorprendiera y empezó a desnudarse. Se quedó en ropa interior mientras yo, con una cara de tonto, la miraba. Empezó a reírse y me tiró a la cama para desnudarme, se dio cuenta de que yo no estaba en condiciones de valerme por mi mismo. Me tumbó boca arriba en la cama y como si fuera una profesional me quitó toda la ropa en dos minutos. Se tumbó encima mía y empezó a comerme la boca, yo aún tenía los calzoncillos puestos y ella su ropa interior. Con torpeza acerté a desabrocharle el sujetador y sus pechos se presentaron ante mis ojos. Parecían dos grandes naranjas, redonditas y firmes. Me apoderé de ellas y empecé a manosearlas mientras ellas movía sus caderas encima de mi pene, los calzoncillos no me dejaban penetrarla y me moría de ganas por hacerlo. Camila empezó a besarme la boca repetidas veces, de pronto paró y me quitó los calzoncillos. Vio que mi pene no estaba totalmente empalmado así que empezó a lamerla y luego se la metió entera en la boca. A pesar del alcohol que corría por mis venas mi pene no era ajeno a lo que estaba viviendo, no tardó mucho en empalmarse debidamente. Cami se me volvió a tirar encima y dándome un beso me dijo que quería follar a oscuras. Yo le respondí que quería follar, me daba igual con luz o sin ella así que entre risas se levantó y apagó la luz.

Poco tardó en volver hacia mí, a tientas me encontró tumbado en el centro de la cama, noté como sus manos tocaban mi cuerpo buscando primero mi pene y luego mi boca. Empezó a besarme con una pasión que antes no había, sus labios fueron bajando hasta mi pene. La tomó con su mano y le dio un suave masaje, luego la empezó a lamer despacio, sólo por fuera. Yo seguía bajo los efectos del alcohol que me había tomado, pero notaba esa agradable sensación de unos labios carnosos. Los labios de aquella mujer se abrieron dejando entrar a mi pene, tenía la lengua empapada en saliva y estuvo lubricandolo todo . Sus labios se vieron acompañados de su mano, me brindó una paja placentera acompañada de continuas mamadas. Estuvo así un buen rato, bajando y subiendo la cabeza, pajeando mi pene con sus labios y su mano, haciendo que yo disfrutase, un poco inhibido por el alcohol pero sólo me provocaba que mi eyaculación se atrasara aún más. El placer era igual sentido.

sexo con mi hermana Z.M.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora