Salvarte - Parte uno

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Recuerdo

— Qué frío, corre — decía Lisa.

Habíamos salido a caminar y una gran tormenta llegó a la ciudad. Recordaba bien ese momento, al día siguiente me había enfermado y Lisa cuidó de mi toda la semana.

— Espera — nos detuvimos en la lluvia.
—¿Qué?
— ¿A dónde me llevarías si este recuerdo está a punto de borrarse pero no quieres que yo muera con él? — era una pregunta tonta.
— No lo sé, te escondería y te llevaría a... ¿Un día de mi niñez? Yo que sé, vamos Jen, hace frío — rogaba Lisa y comenzó a caminar rápido.
— Espera — dije tomándola de la mano.
— ¿Ahora qué?

Pensé en un día de mi niñez y traté de hacer el salto con Lisa.

— Jen, ya... — miró a su alrededor — ¿Dónde estamos? — estábamos en mi habitación.
— California — solté un gran suspiro, realmente no sabía en qué recuerdo estábamos exactamente.
—¿Jennie? ¿Eres tú, cariño? — era la voz de mi madre.
— Escóndete — dije empujando a Lisa en el armario. Comencé a caminar de un lado a otro pensando en que hacer.
— Aquí estás — decía mi madre entrando a mi habitación, de pronto tenía de nuevo tres años — Es hora de tu baño.
— ¡Jennie! — gritó Lisa saliendo del armario, pensé que mi madre la vería pero no fue así, ella no era parte del recuerdo.

Mi madre me metió a esa gran tina con espuma que olía a flores.

— ¡Dios mío! Tus mejillas Jen — decía Lisa al verme de pequeña con ternura, ella se encontraba sentada a lado de la tina.
— Cállate — dije con vergüenza.
— Rema, rema, rema el barco, suave río abajo. Rema con felicidad, la vida un sueño es.... — cantaba mi madre mientras me daba mi barco de juguete, Lisa solo se reía de mi.

Mientras Jennie disfrutaba de un baño y Lisa reía, alguien más no la estaba pasando muy bien.

— ¡Maldición, otra vez no! — decía el doctor Vent frustrado, llamó al doctor Webster.
— ¿De nuevo? —contestó el doctor Webster al otro lado de la línea.
— No la quiere dejar ir, de nuevo desapareció del mapa, debe venir aquí por favor.
— Llegaré lo más rápido posible.

Jennie estaba feliz al ver a Lisa a su lado, nunca más la olvidaría.

— ¡Señorita Jennie, debe dejarla ir! — decía el doctor Webster — Sé que me escucha, déjela ir.
— ¡No lo haré! — respondió Jennie viendo hacia arriba.
— No me da otra opción, borra el recuerdo en el que están.
— Pero, no es parte del mapa — respondió Will.
— Bórralo o no la soltará, solo sufrirá más.

El recuerdo comenzó a ser borroso.
Jennie salió de la tina, de nuevo con su ropa del recuerdo pasado.

— Corre, Lis — decía Jennie mientras salían corriendo de la casa.
— ¿¡Qué rayos está pasando!?
—Están borrando todos los recuerdos que tengo contigo y no quiero, piensa en un lugar.
—¿¡Qué!? — Lisa no comprendía.
— ¡Dime un maldito lugar!
— ¿Playa?

Jennie cerró los ojos y pensó en ese día nublado después de un largo día de universidad, no había nadie en la playa.

— Lo siento tanto...  dijo Jennie.
— ¿De qué hablas?
— De esto, no quería borrarte, yo... Solo lo hice porque te vi con alguien más y...
— ¿Alguien más? — Lisa interrumpió.
— En un futuro. Lisa, nuestra relación no tuvo salvación — los ojos de Lisa se cristalizaron en lágrimas.

El Resplandor de Nuestro Recuerdo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora