boyfriend⠀  ⠀vanitas no carte

⠀⠀⠀ ֹ⠀☆⠀⠀introduction⠀⠀ᰍ︬⠀ ࣪ ⠀.

Vanitas estaba verdaderamente jodido.

Se encontraba en graves problemas, ¿el motivo? Acababa de entrar en un gran dilema por culpa de Noé y Jeanne, era el momento menos indicado para que su corazón le jugará una mala pasada. Claro que el pelinegro era más que consiente de que ambos vampiros eran fuertes, sin embargo, en ese instante estaban muy mal heridos dejándolos igual de débiles que una persona común y corriente, convirtiendo a Vanitas en su supuesto salvador.

Su instinto hizo que el ojiazul sujetará a Jeanne casi de inmediato, estando dispuesto a salvarla, pero algo en su interior se removió, causándole una enorme incomodidad con tan solo pensar en que el vampiro de piel canela quedaría a su suerte y probablemente vulnerable ante cualquier cosa mala que pudiese pasar más adelante.

Vanitas todavía se negaba a aceptar que Archiviste le importaba más de lo que admitía en voz alta, lamentablemente para él era así de alguna u otra forma y por ello no podía irse de allí, fingiendo que el mayor era una simple carga innecesaria para él y que no le afectaba en lo más mínimo cualquier cosa que pudiera sucederle.

¿Y saben? Era bastante gracioso y realmente ridículo el como había terminado metidos en esa situación tan bochornosa.

Ese día por la mañana, la preciosa vampiro albina y el ojiazul tendrían una supuesta cita que pronto se vería interrumpida con la repentina llegada de Noé y Dominique, transformándola en una muy extraña cita doble. El pelinegro mentiría si dijera que la presencia de Dominique no le molestaba, más al ver que estaba pegada como un chicle a Noé todo el tiempo y éste no parecía inmutarse en separarse de la chica, es más, parecía sentirse más cómodo y feliz con la presencia de De Sade que con la suya.

Y Vanitas también estaría mintiendo si dijera que eso no le dolía.

Pasado el mediodía, la vampiro de ojos ámbar se separó de ellos con la excusa de que tenía muchas cosas pendientes que hacer y que no podía seguir posponiendo por más tiempo. El de cabello blanco quedaría a solas con Jeanne y Vanitas, sintiéndose como el mal tercio, queriendo separarse de ellos al igual que su amiga, pero el ojiazul prácticamente impedía ello con cualquier pretexto que se le ocurriera

Más tarde, por alguna razón desconocida terminaron de vagar por la ciudad a estar varados en medio de un bosque. El mal temperamento del humano de piel lechosa y el del vampiro de piel morena no ayudaba para nada en la situación tan estúpida en la que estaban metidos, que en lugar de encontrar una solución para ello terminaron atrayendo a una criatura de la que aún no sabían su identidad, trayendo consigo una pequeña batalla que dejaría a los tres gravemente heridos, pero sobre todo a los vampiros de ojos dorados y purpura respectivamente.

Cuando Vanitas estaba por sujetar a ambos y escapar de allí como pudiera, una ráfaga de viento se atravesó en su camino cuando trataba de sujetar a Archiviste por un pedazo de tela de su ropa blanca cubierta de sangre. Al parecer era otro vampiro, que se le hacía curiosamente familiar a alguien más, pero aún no lograba descifrar a quien.

El desconocido tomó con mucha facilidad el cuerpo semi inconsciente del peliblanco, provocando una gran molestia en el pecho de Vanitas.

─ ¿Vas a seguir ahí pasmado como un tonto o vas a moverte? ─le preguntó el recién llegado, alzando una de sus cejas con cierta burla─ Estoy aquí para ayudar ─se limitó a decir, antes de darse media vuelta y comenzar a caminar, alejándose de manera rápida del lugar.

El ojiazul tardó unos cuantos segundos más en reaccionar para después imitar su acción, sujetando con avidez el cuerpo de Jeanne entre sus brazos. Con el ceño fruncido y sintiéndose todavía desconfiado, trató de alcanzar al otro pelinegro para evitar dejarlo a solas con su Noé.

─ ¡Louis! ─la voz entusiasmada de Archiviste llegó a sus oídos cuando estuvo cerca de ellos.

¿Qué?