Un plan desesperdo.

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Estaba harto.

Lucerys no entendía, nunca entendía.

Aemond estaba enamorado de él, no era tan difícil darse cuenta. Por ello ahora estaba con su sabia hermana contándole su triste –y desesperada– situación.

—Si consideramos toda la información recopilada —Aemond miro a su hermana. —, yo diría que él piensa que quieres acabar con su vida, no lo culpo por huir de ti. Es más estoy a nada de recomendarle una orden de alejamiento.

¡¿Qué?¡ Era inaudito, estaba enamorado, sus ojos reflejaban amor! ¿Por qué iba pensar eso?

—¿Por qué pensaría eso? —Helaena lo miró evaluando como si pensara que su pregunta era estúpida.—¿Y por qué demonios le vas a recomendar eso?

—Lo sigues a todos lados, para decirle que es un idiota, que te causa nauseas verlo...

Si había dicho esas cosas, y hecho esas cosas, pero le decía idiota porque no se daba cuenta. Lo tenia, a él babeando más que un caracol, lo de las nauseas era verdad, su estómago siempre estaba "lleno de mariposas" estúpida forma de decirlo, no iba ir por ahí diciendo que tenía mariposas dentro, la gente pensaría que se comió capullos orugas.

Lo seguía a todos lados para amenazar con la mirada a todos los que osan ver a Lucerys con intenciones lujuriosas. Daemon, Harwin y Laenor deberían agradecerle.

—Tu conclusión no tiene fundamento —cortó las palabras de su hermana —, en mi cabeza tiene lógica.

—Pero en la de él no —Helaena tomó sus cosas y se levantó para irse de la biblioteca —. Yo que tú me daba prisa hermanito, escuché que Dalton Greyjoy lo invitó a salir.

Ese maldito. Ese estúpido no se sentía ni remotamente amenazado por él, al contrario se atrevió a reír en su cara y ahora esto.

—¿Cómo es que Jacaerys aceptó esta ofensa?—para que enemigos si está el traidor de su sobrino.

Aunque tenía sentido Jace no estaba para nada de acuerdo con que él salga con su hermano, a decir verdad. Está seguro de que si pudieran Daemon, Harwin y Jace, meterían a Lucerys, Joffrey y las gemelas al septo para servir a los siete con una promesa de castidad, eran demasiado protectores.

—No lo está, por eso Lucerys esta como gato enfurecido no deja que nadie se le acerque, así que cuidado puede arañar. —Helaena se fue con una sonrisa divertida bailando en sus labios.

Eso quiere decir que Luke esta peleado con Jace, a su vez eso le da una oportunidad de tener a Lucerys para él solo, sin tener al mayor pululando alrededor.

Tal vez debería tener un mínimo de agradecimiento a Dalton.

Cuando acabó de rectificar su trabajo, salió de la biblioteca y fue hasta la cafeteria donde sus hermanos mayores siempre los esperaban.

—Aegon quédate y espera a Daeron, iré por el auto con Aemond. —salieron juntos hacia el estacionamiento.

Casi al llegar Aemond alcanzó a ver a sus sobrinos, y sintió un poco de lástima al ver a Joffrey estar en medio de sus hermanos mayores cuando ambos estaban de malhumor, vio a Joffrey subir al auto de Jacaerys sin dejar de ver a Lucerys quien corrió hasta alcanzar uno de los ostentosos autos de su abuelo Corlys donde el chófer le abrió la puerta. Era conocimiento de la familia que eso solo pasaba cuando ambos hermanos querían estar lejos uno del otro (lo cual era realmente raro). Entonces Lucerys huía a los brazos de sus abuelos para ser mimado y consolado como el niño engreído que es.

Aemond subió al auto de su hermana, y espero hasta que Daeron y Aegon lleguen para que puedan partir a la mansión de sus padres.

Al llegar fue una sorpresa ver el deportivo de Jacaerys estacionado cerca, Aemond revisó sus mensajes donde al parece su padre había invitado a sus nietos a cenar.

—¿Lucerys?— preguntó Aegon cuando no vio rastro del segundo hijo de Rhaenyra.

—Jace y Luke pelearon. Así que nosotros estamos aquí, con el abuelo y Luke esta allá con los abuelos. —Joffrey hizo un puchero como si deseara estar con su otro hermano.

—¿Por qué pelearon?—Preguntó Daeron tirando de la chaqueta de Joffrey y dando esta misma a Talya para que la lleve a guardar.

—Jacaerys no quiere que Lucerys salga con Dalton Greyjoy —el mencionado resopló enojado —, entonces Luke le dijo que no tenía porque meterse en su vida. Y aquí estamos.

—Pero se suponía que hoy iría con Luke a la inauguración de un nuevo club. —Aegon subió las escaleras tomando su celular, seguramente llamando a Lucerys.

—Así qué —Joffrey los miró antes de poner su vista en su abuelo. —, ¿estaremos aquí en silencio hasta la cena?

—En realidad estamos a que lleguen sus padres. —genial tendría a toda la prole de Rhaenyra aquí.

Bueno que más da,Aemond subió a su habitación. Lucerys en verdad iba salir con Dalton. Una persona con la que sí conversaba, con la que si pasaba tiempo y a quien si había besado –según Aegon– en una fiesta, en su momento hizo su escándalo.

Ahora Aemond en verdad tiene mucho que perder, más si Lucerys decide que Dalton es digno de su amor. Dioses, tiene que hacer algo y pronto.

¿pero qué? Y quién le puede ayudar? Porque enamorar a Lucerys no debe ser fácil. Aemond ya ha usado todo lo que se le ocurrió y no funciona. Tal vez era momento de probar cosas nuevas.

Fue entonces que se cruzó con Aegon y la peor idea del mundo llegó a él.

—¿Sabes que habrá de cenar? —pregunta su hermano guardando el celular —Porque yo solo vi gelatina de carne y si darán eso prefiero pedir una hamburguesa.

Aemond estaba tentado a decir: Que sean dos. Porque odiaba la gelatina de carne pero seguramente habrán más cosas.

—No, pero ya que estas aquí —Aegon lo miró con interés —. Necesito tu ayuda.

—He estado esperando este momento durante toda mi vida —comenzaba a arrepentirse —. Ven querido hermano, entra a mi santuario de sabiduría.

¿Era mucho tarde para dar vuelta? Si, lo era.

Entonces cuando Aemond le contó sobre su enamoramiento y todo lo que había pasado tal como a Helaena. Aegon casi cae más de una vez luego de burlarse y reír a más no poder.

Murmuró algo sobre ciegos e idiotas, pero Aemond no quiso prestar mucha atención a ello.

—Ya deja de reírte. Si no me vas a ayudar entonces me voy. Sabía que era
un error...

—No, no espera —Aegon buscó entre sus cosas —, lo siento. Para que veas que soy un maravilloso hermano mayor, toma esto te va ayudar.

Aemond miro con desdén la revista en sus manos: "10 pasos para enamorar al amor de tu vida"

—¿Es una broma? —Aegon negó

—Te juro que funciona. Esta garantizado, tiene el sello de garantía ves —apuntó a un lugar en la revista —. Nada pierdes con intentar, después de todo lo estás perdiendo.

Más enojado que agradecido Aemond salió de allí pensando en tirar la estúpida revista, pero nada pierde leyendo un poco. Sólo lectura, no tiene que aplicar nada, es nada más para saber que tonterías ponen, porque jamás se le ocurriría poner en práctica nada de lo que esto dice.

Para la hora de la cena, ha tomado una decisión. Nadie tiene que saberlo, sobretodo no Aegon o su madre.

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Historia corta por las fiestas, tendrá capítulos hasta el 1 de enero. Que tengan unas bonitas fiestas💕

Espero que les guste<3

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