Lisa
Abro los ojos de la pequeña siesta que estaba tomando en esta parte del estanque.
Creo que llevo alrededor de 2 horas aquí recostada sobre mi manta, traje una canasta con un par de cervezas, un sándwich y unas botellas de agua, para pasar el rato. Pensaba pasar un buen rato aquí, ¿Por qué?
Vine a pasar unas horas fuera de mi casa por que la hija de mis vecinos está de visita en casa de sus padres.
Jennie
Ugh, esa niña me hace soltar maldiciones desde que cumplió sus 16 y yo tenía unos 26.
La chica no es mala, al contrario, es buena chica. Siempre se portó bien a excepción por unas noches donde la veía salir a escondidas de su casa para irse de fiesta con sus amigos de secundaria.
Volvió hace dos días y no la veía hace mucho, pero debo decir que el tiempo hizo de las suyas, ya no es una niña, es una chica grande, una mujer bella, siempre a sido tan bella con su cabello castaño.
Sus ojos como los de un gatito, su boca y labios pomposos, siempre brillantes, un culo...
Basta Lisa, es una chica, siempre seguirá siendo chica para ti, le llevo 11 años, Jesús.
Me incorporo y recuesto en el tronco de un árbol, son casi las 6 de la tarde, está oscureciendo será mejor que me vaya poniendo en marcha e irme a casa.
Me paso la lengua por los labios cuando siento una punzada en mi ingle, bajo la vista y veo la apenas creciente carpa en mis jeans.
Basta, no sigo teniendo 20, no debería pensar en esas cosas, y peor aún con ella.
- Kuma, regresa, aún no termina tu paseo!
¿Que hace aquí?
Me incorporo otra vez, hasta quedar sentada, tratando de ocultar mi erección
- ¿Lisa? ¿Que haces aquí?
Está cruzando el estanque una vez que me vió.
Viene con una falda de mezclilla y un top blanco en la parte de arriba, trae el cabello suelto.
UGH
- Vine a pasar un rato aquí, es domingo y mañana tengo que levantarme temprano. Una nueva semana
Jennie asiente con la cabeza caminando hacía donde estoy.
- Cierto, siempre te levantas temprano a revisar a tus trabajadores.
- Si - respondo- y a ti, que te trae por aquí? - pregunto
Se acerca y se queda parada en el extremo de la manta, tengo que levantar la vista.
- Estaba dándole un paseo a Kuma, pero es un poco perezoso y regreso a casa, supongo.
Asiento
- ¿Quieres sentarte un momento o vas a regresar también a casa? Estaba casi poniéndome en marcha a casa
- Si no te importa, me sentaré un momento, estoy un poco aburrida en casa. Mis padres fueron al otro lado de la ciudad y no regresan en horas.
Veo la canasta y ya no tengo sándwiches. Solo dos cervezas. ¿Estaría mal de mi parte ofrecerle una?
Al carajo, sus padres no están en casa.
Hago una seña con mi cabeza a la canasta y pregunto
- Tengo una botella de agua. Por si la quieres, creo que aún no tienes la edad para tomar alcohol - suelto
Desvía la mirada y suelta una pequeña risa silenciosa.
-Dios, Lisa en que siglo vives? - dice - tengo 20, técnicamente puedo tomar alcohol, lo hago cuándo quiero pasarla bien un rato.
- Estos niños de hoy en día - digo, y me inclinó a canasta y tomo las cervezas, abro una y se la paso, sus dedos rozan los míos y siento un piquetazo - ten, no creo que una cerveza tenga mucho efecto.
