CAPÍTULO 1. HOMBRE DE FE

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No siempre fui un hombre de fe y siempre he tenido claro que mi gusto por los hombres puede no ser "natural".

Cuando era joven, sentí la felicidad y la dicha del primer amor, me enamoré de un joven hombre que conocí en la biblioteca de mi escuela, él fue la luz que me sacó de mi oscuridad y me enseñó a amar a los libros, sin embargo, más pronto que tarde, la vida me lo quitó sin siquiera poder decirle lo que sentía, no es como que algún día hubiese tenido el valor de decírselo de cualquier manera, pero era difícil cargar con el peso de esos sentimientos. Desde entonces llevé un gran pesar en mi corazón, y la única forma de superar ese dolor, fue regocijándome en el amor de Dios, así decidí dedicarle mi vida entera a él, negándome a amar románticamente a otra persona... sin embargo, hoy, después de tantos años, estoy dudando de mi decisión.

Este amor que siento ahora, no sé si sean tentaciones del demonio, pero ¿Cómo puede ser eso sí siento tanta felicidad y se calienta mi corazón cada que pienso en este jovencito que ha conseguido hacerme tan feliz?

Después de convertirme en sacerdote, conocí a un joven de alma noble, esbelto, pequeño, de cabello oscuro y liso, ojos tiernos de color azul, piel blanca y suave, pulcro y con una bondad y pureza como de la ninguno. Desde el inicio me sentí feliz de conocerlo y de saber que trabajaría con él, pero todo el tiempo creí que solo era amor fraternal, como el que se le debe tener a cualquier prójimo, sin embargo, poco a poco me di cuenta que mi amor por él iba más allá de simple admiración.

Quiero acariciar su piel, sentir sus labios... tocar su cuerpo, ¿Qué es esto Dios mío? ¿Después de tantos años de dedicarte mi vida voy a caer en el pecado?, ¿y en un pecado tan mortal y ofensivo como este? Solo te pido, Jesús, que me des fuerza para luchar contra la tentación cuando mi espíritu flaquea ante esos labios joviales que me invitan a desviarme de mi doctrina.

Hoy veré de nuevo a Hiraga, el obispo nos ha encargado ir a examinar un supuesto milagro en España, un niño de 15 años dice tener poderes de curación y muchos aseguran que se trata del nuevo Mesías.

Me siento muy cómodo con Hiraga, siento que puedo hablar de cualquier cosa con él, y sé que confía en mí, tanto como yo en él. Me pregunto si su opinión cambiaría si pudiera leerme los pensamientos. Pero al mismo tiempo, últimamente, desde que descubrí esta atracción hacia él, siento que en cualquier momento puedo caer ante mis deseos y cometer un acto imperdonable.

Al llegar a España, lo primero que hicimos fue visitar la parroquia en donde el niño llamado Jaziel realiza los supuestos milagros. Una enorme fila de gente salía del templo, todos esperando poder conocer al supuesto enviado de Dios. El niño se encontraba dentro del recinto y cuando los asistentes se acercaban a él, les realizaba una imposición de manos sobre su cabeza, pero antes de hacerlo, les preguntaba "¿Realmente tienes fe? ¿Realmente crees en mí?" Eso llamó mi atención y la de Hiraga, puesto que no preguntaba sobre la fe a nuestro señor, sino hacia su propia persona. Debido a toda la muchedumbre alrededor del muchacho, no nos acercamos, simplemente lo vimos de lejos, mientras el cura de la iglesia nos contaba los detalles del caso, pero cuando estábamos a punto de retirarnos, noté la pesada mirada del chico sobre mí, me miró fijamente y me pareció ver qué sonrió ligeramente.

Después de eso, Hiraga y yo nos trasladamos a donde estaremos un tiempo alojados, un pequeño departamento en el centro de Madrid, en donde compartiremos nuestros alimentos, dormiremos y pasaremos tiempo a solas. No puedo evitar sentirme algo nervioso.

-Roberto, ¿puedo elegir la habitación que tiene vista a la ciudad?

La pregunta de Hiraga me sacó de mis pensamientos

TENTACIÓN// VATICAN KISEKI CHOUSAKAN (TERMINADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora