El dolor en un corazón, cuando ha tenido que ocultar por mucho tiempo las heridas, solo lo hace mas y mas grande. El tortuoso silencio de su agonía y el miedo de lastimar, no, mas bien, de terminar con la vida de alguien más, era lo que Barnett noche y día soportaba. Era una tortura sin fin. Después de la pesadilla que lo atormentaba, desde ese trágico día en que terminó accidentalmente con la vida de Sophia, llego sin saber como a la puerta de Clara, como si algo lo hubiera hecho llegar hasta allá sin darse cuenta. Además de haber caminado como zombie hasta ese lugar, sin ser consciente de sus actos, tampoco se habia percatado de las lágrimas que corrían por su masculino rostro.
Después de volverse a esa Dulce y tierna voz, vió claramente la incandescencia de esos ojos dorados, mas brillante aún, vió como se abrían, grandes, sorprendidos, algo había visto en él que le causó sorpresa. Por su parte, Clara, cuando Barnett se volvió a ella, vió sus ojos, llenos de lágrimas, rojos así como cuando has llorado amargamente, su tristeza podía sentirse aún en los corazones más fríos, no podía comprender porque su majestad estaba en ese estado, pero se sintió fuera de lugar, la expresión triste de Barnett se volvió a una confusa.
- Disculpe su majestad... Por el encuentro de hoy, estoy muy avergonzada.- dijo Clara nerviosa.
Barnett, se quedo en silencio sin decir nada y su expresión se volvió fria. Clara estaba confundida, primero, su majestad, llega llorando a su puerta, luego se le ve confundido y por último, no contesta nada, además de poner esa cara de terror.
- Es todo lo que quiera decir su majestad. Buenas noches.- sin mas, Clara se metió a su habitación y cerró con premura la puerta.
Barnett, se quedó inmóvil en ese lugar, no podía creer, lo que había visto... Se sentía caliente en extremo, todo su cuerpo ardía, le costó demasiado controlar su magia. ¿Acaso esa mujer no se dió cuenta de como salió? ¡Todo se le veía bajo el camisón! Al recordar lo que había visto, Barnett, no soporto la vergüenza y se cubrió el rostro con su grande mano, sintió algo extraño, de lo cual no se había percatado, ¡eran lágrimas! Como si la situación no pudiera ser más embarazosa, se terminó de dar cuenta que estaba al igual que clara, en paños menores y todo su dorso descubierto, su perfecto y torneado cuerpo, musculoso y fornido, con su piel blanca y llena de lunares, adornando ese manto nivea, como si de una constelación se tratará.-"Esto no puede estar pasando"- se repetía una y otra vez, dentro de sí, mientras volvía a su habitación. Su corazón latía con rapidez, tumtum tumtum tumtum tumtum, podía sentir el palpitar por todo su cuerpo, tumtum tumtum, una y otra vez, tanto que olvidó el dolor que lo había hecho despertar y solo podía pensar en esos ojos dorados, hermosos, extraños, brillantes, en esa hermosa vista, Clara... Clara... Su imagen retumbó una y otra vez en sus pensamientos.
Clara, después de cerrar esa puerta, pensó en esas diferentes expresiones de su majestad, ¿Porque estaba así parado en su puerta? Pero aún mas porque ella y su cuerpo estaban reaccionando así ante el, es como si algo mas la hubiera traído hasta ese lugar, hasta él. Sin embargo no podía dejar de pensar en lo avergonzada que se sentía, él ni siquiera le respondió, pensaba en que, para ser el príncipe le faltaba mas educación, además estaba en paños menores, se le veía todo el dorso, pensaba sonrojada. Pero bueno ella quién era para juzgarlo, ella que danzaba casi desnuda en medio de un jardín lleno de flores y en ese momento se percató que ella había salido en su bata transparente... ¿Pero que más podía hacer? ya nada.
Pensó una y otra vez en esa imagen de Barnett, triste y desconsolado, era lo único que importaba en ese momento en sus pensamientos.
- "Entonces, los hombres rudos también lloran, quiza no es como todos dicen".Dos seres destinados, a ser desde un tiempo antigüo, ahora están unidos, no precisamente para ser felices, tal vez para su destrucción.
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En las sombras una magia antigua, desde el principio de los tiempos y obscura de esa obscuridad inmensa, que de solo pensar en ella los temores mas siniestros se despiertan, la obscuridad que lleva a la muerte, a la desesperanza y destrucción, observa con sigilo, esperando lanzar su nuevo movimiento...
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Estherlot
FantasyEstherlot Esta historia pertenece a Yajaira Lizbeth González Contenido explícito, se recomienda discreción. Prólogo El cuerpo yacía sin vida, en medio de un hermoso jardín de tulipanes, la putrefacción excedía el dulce aroma, la hierva en rededor d...