2. Frozen

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Lo primero que Jaiden sintió al entrar, fue frio.

Con sus manos masajeó un poco sus antebrazos para tratar de calmar la sensación en su piel. Era como entrar a un congelador. No es que ella hubiera entrado alguna vez a uno, pero se entiende la analogía...

El sitio parecía abandonado, sumido en la oscuridad, había cables y papeles tirados en el suelo, y a lo lejos se veía una especie de computadora gigante, unos pocos focos parpadeando.

Hacía ya varios minutos había dejado de fingir que no se había dado cuenta de que estaba siendo seguida por Cellbit, y este a su vez por BadBoy y Foolish, apenas dio unos pasos dentro de la habitación los tres chicos entraron tras ella.

Decir que Cellbit estaba emocionado era poco. El chico se abalanzó enseguida al fondo de la habitación, cogiendo del suelo cuanto papel o libro descartado se encontrara en su camino.

Bad y Foolish se dedicaron a mirar también lo descartado del suelo, hablando entre ellos. Mientras Jaiden optó por dar otra vuelta por la extraña habitación.

Unos pasos más dentro, pudo ver la más tenue luz celeste saliendo de las paredes curiosa se acercó solo para encontrarse con lo que parecía ser cubos de hielo incrustados, cubiertos en su totalidad por escarcha.

Contó un par y finalmente se posicionó frente a uno en particular, un manchón rojo desentonando la gama de azules gélidos llamó su atención, levantó su mano y poco a poco comenzó a limpiar.

Un recuerdo de meses atrás se comenzó a formar en su mente.

- Roier, ¿estás seguro de esto?

Roier levantó la mirada de su bebida, encontrándose con la mirada preocupada de Jaiden. Festa Junina estaba ya en sus últimas horas y ambos optaron por alejarse un poco del bullicio para compartir un momento a solas.

- No digo que Cellbit sea mala persona, es solo que... ¿estás seguro de que esto es lo que quieres?

El castaño volvió rápidamente la mirada a su bebida, mirando su propio reflejo en ella. Roier no era tonto. Sabía exactamente a que se refería Jaiden.

- Él se fue Jaiden - comenzó en voz baja, casi temiendo que alguien más fuera a escucharlo – ¿No te parece esa una clara muestra de que lo que yo siento por él no le importó?

Jaiden no hizo comentarios en que Roier aun hablaba en presente sobre sus sentimientos por el híbrido.

Ella misma no podía decir que conocía a Spreen, salvo un par de ocasiones que fue a la casa con la excusa de buscar materiales. Pero si de algo estaba segura es que lo que sentía Roier por él era diferente a lo que decía sentir por Cellbit. Aunque el mismo chico lo negara.

- ¿Pero sabes? - Roier la miró directo a los ojos, con una sonrisa triste asomada en sus labios – Si te soy sincero... si Spreen se hubiera disculpado solo una vez más, lo habría perdonado...

Jaiden no se dio cuenta de que había gritado hasta que vio a los tres chicos correr hacia ella, Cellbit fue el primero en llegar, pero no pudo preguntar qué había pasado porque su mirada voló enseguida a la cápsula frente a ellos, donde un híbrido de oso estaba suspendido en lo que parecía ser hielo.

- ¿Qué carajos? - comenzó Cellbit, pronto mirando de nuevo a la chica – Jaiden, ¿lo conoces?

- E-el es... e-el... - Jaiden empezó a tartamudear, ganándose una mirada sospechosa del brasileño – E-el es---

- Es Spreen –la voz y mano cálida de BadBoy en su hombro la trajeron de vuelta a la realidad – Lo conocemos, él y yo hicimos PvP antes... es uno de los primeros habitantes de la Isla... ¿cierto Jaiden?

Una mirada a los ojos de Bad fue suficiente para que Jaiden se tranquilizara. En teoría no le estaban mintiendo a Cellbit.

- Si...

Poco después del susto inicial, los cuatro se pusieron manos a la obra quitando la escarcha del resto de cápsulas. Cellbit maldijo por lo bajo al identificar a Felps dentro de una de ellas.

- ¿Ellos estan...? -comenzó Foolish en voz baja, ojos tristes fijos en el cuerpo suspendido de Mariana.

- No, no están muertos - habló Cellbit con seguridad mezclada con ira, sus dedos moviéndose furiosamente en la consola, tratando de encontrar alguna otra pista – Esto le pasó a Felps antes, fueron criogenizados, congelados, en términos simples.

Mientras los tres chicos seguían discutiendo tras ella, Jaiden volvió la mirada hacia Spreen. Cucurucho la había guiado a esas coordenadas, ¿qué es lo que quería decirle?

Logró escuchar a Cellbit murmurar que los cuerpos debían llevar ahí al menos un par de meses, su mirada se tornó triste al atar cabos.

Spreen no se había ido.

Fue capturado por la Federación.

Y Roier ni siquiera lo sabía.

Con decisión giró sobre sus pies y habló en voz alta.

- ¡Debemos decirles! - comenzó, llamando la atención de los tres – Todos deben estar preocupados ¡tienen que saberlo!

Bad la miró con cuidado, sabiendo que con “todos” Jaiden se refería a Roier principalmente. Estuvo a punto de apoyar la decisión cuando la voz autoritaria de Cellbit lo interrumpió.

- No – dijo con firmeza, y por un breve momento Bad y Jaiden se preguntaron si Cellbit había descubierto la verdad sobre Spreen y Roier

- ¡Pero--!

- Esto es muy importante –Cellbit dio un paso al frente- Estamos más cerca para descubrir lo que sea que quiere la Federación. Involucrar a más personas solo hará esto más complicado.

- Cellbit - comenzó Bad con cautela – Estas personas son... amigos, es importante

- Yo entiendo Bad, Felps es importante para mi también, pero ellos estarán bien, y nosotros necesitamos respuestas...

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Ninguno de los cuatro dijo una sola palabra en el camino de vuelta a casa, y para Jaiden el único consuelo real era la mano de Bad en su espalda y su mirada cómplice.

Miró hacia atrás una última vez, pensando en cómo su propia debilidad dejaría a amigos, respuestas y sentimientos en esa habitación, congelados en el tiempo.

Criogénico (spiderbear)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora