◈─━≫Estar en un internado gobernado por un malvado director que es temido por sus abusos. Estaba mal.
Liderar una revolución. Estaba mal.
No proteger a la gente que quieres. Estaba mal.
Recibir poderes. Estaba mal.
Todo estaba mal y Mike.exe sabía c...
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Mike era una una persona muy directa, le gusta decir lo que pensaba y eso le costó muchas amistades.
Cómo por ejemplo el chico que le presento Robin cuando tenía catorce, fue una conversación sorprendentemente agradable pero tan pronto fue directo el chico perdió el interés. Odiaba recordar ese día.
O uno de los puntos de porque tomo clases en casa, el grupo de amigos en primero de primaria, fue una gran racha de malentendidos y todo gracias a por qué era directo.
Aprendió a usarla como un arma y no se arrepentía, le gustaba quien era. Aunque aprendió por las malas quien es bueno y quién no.
— Espero y nos toque cerca — Flex inició conversación, la hora del almuerzo ya había pasado y era hora de retomar las clases — ¿Y si nos toca juntos? Sería genial — Mike rio.
— Definitivamente sería genial — sonrió hacía el pelinegro de mechones azules. Por lo que les contaron Lyna, Acenix y Sparta los dormitorios eran pequeños con dos literas, no habían baños, tendrías que ir a las duchas que están en el primer piso. Estar en un cuarto pequeño con otras tres personas sin duda le ponía la piel de gallina, pero tal vez tenga más amigos de lo esperado al final del día.
— Ok siéntense — El pelinegro de brillantes ojos azules dijo, todo el mundo inmediatamente se sentó en sus lugares viendo hacia el frente de la sala — Ahora repasaremos — con una libreta en la mano Mikellino — Historia — Mike arrugó la cara, no era su materia preferida — No soy bueno en esta así que... León ¿tomas la clase? —
Un chico de cabello rojizo casi de la misma longitud que el de Micael se levantó con entusiasmo con un libro en mano. Mikellino lo saludo con unos puños y se sentó en dónde estaban el tal León.
Está si era una clase donde todos se ayudan.
Aunque quería concentrarse en la clase, simplemente no podía, no cuando tenía la vista perfecta de Mateo, por un momento pensó en que le gustaría compartir dormitorio, tal vez disculparse de cómo lo trato hace horas hasta que recordó lo que Acenix dijo.
