◈─━≫Estar en un internado gobernado por un malvado director que es temido por sus abusos. Estaba mal.
Liderar una revolución. Estaba mal.
No proteger a la gente que quieres. Estaba mal.
Recibir poderes. Estaba mal.
Todo estaba mal y Mike.exe sabía c...
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— ¡Eso está mal! — Alzo la voz y la mujer lo miro ofendida.
— ¡Este es el dinero que nuestros padres me dieron! — Gritó la mujer castaña claramente enojada — ¡Me lo gastaré en lo que se me de la gana! No están aquí para verlo de todas maneras… — Akela estiró sus brazos sin ninguna señal de culpa.
— ¡Para gastar en comida y cosas necesarias! — El castaño se mantuvo cerca de la puerta, solo por si acaso. Apretaba con fuerza su libro — ¡No en accesorios! —
La mujer castaña lo miro fijamente y un escalofrío lo recorrió, los tacones chocando furiosamente contra el piso de madera le llegaron hasta lo más profundo mientras ella se acercaba más y más.
— ¡Escúchame bien mocoso! — Akela se paró enfrente de Mike, ya era más alta que el pero los tacones solo lo hacían peor — ¡Yo cuide de ti, te crié! ¿Y es así como me tratas? — La mujer le gritó, apretó su mandíbula con tanta fuerza que sintió que lo rompería.
La castaña le quitó a fuerza el libro en su mano, lo examinó por unos segundos con una cara de disgusto.
— El brillo de las... — Akela empezó a leer el título parado cuando no entendió — ¿Para que existiría un libro sobre el brillo de las luciérnagas? — se quejó.
— No es, sobre las luciérnagas — Mike mantuvo la compostura por alguna razón.
— ¿Me vas a seguir faltando al respeto? — La castaña lo miro fijamente esperando su respuesta — A ver si con esto aprendes — Justo después abrió el libro y empezó a arrancar páginas al alzar.
Ese no era su libro, era de Robin. Le dolió ¿Cómo se lo explicaría? Mike vio como las páginas caían al suelo de madera. Estático y con miedo se quedó viendo. La mujer tiro el libro al suelo cuando se cansó de arrancar las hojas.
— Ahora haz tus maletas, el internado espera — Dijo la castaña para tomar sus accesorios e irse. Dejando a Mike mirando fijamente a las hojas rotas en el suelo.
