Cap. 37: Hombre caído

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¿Qué se puede esperar?

Junto a un estanque ha caído un pájaro muerto, en un parque que los niños frecuentan. Algunos de ellos abandonan sus juegos para aglomerarse, poco a poco, alrededor del animalito. Entre todos, empujan para hacerse un espacio y poder verlo mejor. La curiosidad invade sus mentecitas, y todos juntan las manos sobre los estómagos o juegan con sus ropas mientras esperan deseosos que alguno de ellos tome el valor para agacharse y tocarlo. A la vez, todos desean ser aquel héroe, pero alguna fuerza los retiene con los pies muy clavados en la tierra: hay algo "prohibido" en aquel gesto, que no puedes descifrar qué es. Es entonces cuando llegan las madres. Corren asustadas, levantan a sus hijos y rápidamente los alejan del cuerpo en descomposición. Los niños no lo saben, y por eso se miran confundidos entre ellos, pero han tenido su primer encuentro con la muerte. Las madres, en cambio, muy conscientes están de ello, y por eso alejan a sus niños con tal rapidez.

Esta misma escena, en distintas imágenes, se ha repetido en todo sitio y durante miles de años en el mundo: ese espanto que significa la muerte, aquel pozo sin salida donde no puede sentirse el más mínimo movimiento alrededor, el brusco sonido de la oscuridad eterna. En el estanque del pajarito muerto había también una flor, una bellísima flor de loto que nunca nadie se acercó a ver, y que no logró, ni por un segundo, captar la más mínima atención por parte de los niños.

Sin duda la muerte nos llama constantemente, y está presente en nuestras cabezas aunque nunca nos percatemos: en el joven de cabello negro y grandes ojos azules que mira por la ventana de su hogar con frustración y llora escandalizado pidiéndole al futuro que el mundo no empeore; en el joven muchacho pelirrojo que recorre con ansia su habitación en blanco mientras oye cómo, afuera, el terror se apodera de la gente; en el grupo de detectives que, desconsoladamente, llora en la esquina de esa habitación y se abraza con un miedo que encierra sus corazones; o en el hombre que, desesperado, grita con lágrimas saltando de sus ojos e implora a los doctores de la clínica que salven a su amado. 

SI ESTOY LOCO, ES GRACIAS A TI {Yaoi} (resubida, editada, mejorada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora