iii. laid down on ur couch

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act one: cardigan

chapter three: laid down on ur couch

¿DESDE CUÁNDO LAS ALMOHADAS SE MUEVEN?

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¿DESDE CUÁNDO LAS ALMOHADAS SE MUEVEN?

Mientras iba tomando consciencia después de haber estado dormida no pude evitar pensar en eso. Porque definitivamente la almohada sobre la que estaba durmiendo se estaba moviendo arriba y abajo, como si respirara.

Mierda, es que está literalmente respirando, May.

Abrí los ojos rápidamente y todo tomó sentido. Estaba literalmente sobre Jeremiah. Mi cabeza descansaba sobre su pecho, y tenía una pierna por encima de su cintura, apretándolo contra mí y la cama.

Lo peor de todo es que él estaba despierto, y se notaba que ya llevaba tiempo, porque no tenía cara de adormilado.

- Me iba a levantar, pero como estabas encima y no quería despertarte... - se excusó él.

Ni siquiera sabía por qué me había puesto roja, después de haber dormido con él durante 5 años, no era la primera vez que yo había acabado encima de él o él de mí. Pero esa vez se sentía diferente. 

No pude evitar aprovecharme de la situación y aferrarme más a él, como cuándo era pequeña y las madres subían a despertarnos, que me apretujaba a él fingiendo seguir dormida.

Él rió y carraspeó.

- Tenemos que ir al trabajo, May. Llegaremos tarde.

- Me da igual.

Jeremiah me pegó un empujón y yo rodé hasta caer de la cama. Choqué con la mesita de noche y la tarjeta de invitación al baile de debutantes cayó sobre mi cabeza.

- ¿Qué vas a hacer con lo del baile? - preguntó, acercándose a mí, viendo si estaba bien.

Ah, ahora se preocupaba de mí. 

- No sé si voy a poder, tengo trabajo. Además... no sé si va conmigo

- Aunque ayer nos reímos de vosotras, que sepas que precisamente tú estarías guapísima de blanco - me susurró al oído, y acto seguido se metió al baño.

A este chaval no había quien lo entendiera.

Suspiré y cuando terminé de cambiarme bajé abajo donde Steven estaba medio dormido en la encimera y desde donde podía ver a Conrad medio muerto en el sofá del salón.

- ¡Buenos días! - chillé apropósito.

Steven gruñó algo como "serán para ti" y Conrad me gritó que me callara. Yo reí y me dirigí al salón. 

- No estarías así si no fueras un borrachuzo, Connie - le dije tirándome encima de él. Conrad me pegó un empujón y volví a caer al suelo por segunda vez en el día.

OUR SUMMER - jeremiah fisherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora