May y Jeremiah siempre habían sido mejores amigos.
May y Jeremiah pensaban que siempre lo serían.
¿Pero... qué pasa si en un verano todo cambia?
¿Podrían lograr volver a ser los de antes? ¿O serían algo más?
Y lo más importante, ¿sería ese su verano...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
LLEVABA AÑOS DURMIENDO CON JEREMIAH. Pero, si me preguntaran cuál fue la mejor noche que pasé junto a él diría que fue la anterior al baile de debutantes. Nadie podía comparar una noche cualquiera a la noche después de confesar nuestros sentimientos.
Estoy segura de que si Susannah lo hubiera sabido con certeza no nos hubiera dejado dormir juntos, menos mal que se hizo la tonta cuando nos vio entrar a casa de madrugada e ignoró el hecho de que lo hicimos dados de la mano.
- Buenos días - murmuró Jeremiah en mi oído para luego comenzar a estirarse y se sentarse en la cama.
- ¿Ya te levantas? - le pregunté yo tirándole de los hombros y haciendo que se volviera a tumbar al lado mía.
- No sé si lo has escuchado, pero las madres llevan preguntándose como 10 minutos por qué no has bajado todavía - me informó él.
Claro que las había escuchado, llevaba ya un buen rato despierta, pero había decidido ignorarlas porque no me apetecía salir de la cama. No me apetecía separarme de Jeremiah.
- Ah, ¿sí? Pues que esperen un rato más - dije mientras giraba y me sentaba en su regazo. Él me miró sorprendido, no se esperaba eso. Me acerqué a su boca, pero no lo besé, esperé a que él iniciara el beso.
No tardó mucho en juntar nuestras bocas y antes de que me diera cuenta nos había dado la vuelta y él se encontraba encima mía. Movió su mano desde mi cuello hasta la curva de mi cintura, mientras yo me tomaba la libertad de recorrer con la mano sus abdominales.
- Eh, May, Susannah te... - Steven abrió la puerta de repente. - ¡Ah! ¡Mis ojos!
- ¡Steven! - le grité yo mientras le pegaba un empujón a Jeremiah para que se quitara de encima mío. - ¡Tienes que tocar a la puerta antes de entrar!
- ¡Agradece que he sido yo y no una de las madres! - replicó él. - Susannah te busca, no tardes en bajar.
Dicho esto se fue cerrando la puerta tras sí.
- ¿Nos a cortado el rollo, verdad? - preguntó Jeremiah. Yo no contesté, solo suspiré y me levanté de la cama.
- Debería bajar antes de que a Steven se le vaya de la lengua - dije mientras empezaba a vestirme.
- ¿Cuándo se lo vamos a decir a los demás? Tengo ganas de que sepan lo nuestro.
- ¿Ah, sí? ¿Y qué les diríamos?
- Que estamos saliendo - dijo con total seguridad Jere.
- No recuerdo que me lo hayas pedido...
- Oh vamos - se levantó de la cama y se acercó a mí. - May Bass, ¿quieres ser mi novia?
