⁑✭ 𝘔𝘪 𝘵𝘪𝘱𝘰 𝘥𝘦 𝘮𝘶𝘫𝘦𝘳 ✭⁑
ᵃ ᴶᵘᵃⁿ ᴳᵘᵃʳⁿⁱᶻᵒ ᶠᵃⁿᶠⁱᶜᵗⁱᵒⁿ
ᴼᶜ ᶠᵃᵐᵉˡᵉ
《 Quién diría que dos personas pueden generar sentimientos por el otro, sin siquiera haberse vi...
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✦ ⋆ My kind of women ✷ ✧
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Los ojos de Violeta volaban de un lado a otro con maravilla, iluminados con el brillo de fascinación de una inocente niña que creyó muerta mucho tiempo atrás, pero que al parecer viviendo en ella sin que lo quisiera o supiese. Su entrecejo se encontraba un poco hundido por la luz del sol que pegaba en su rostro pero que, sin embargo, no quitaba la sonrisa de su rostro.
Era increíble para ella como cada vez que estaba con Juan no podía quitar la sonrisa de su rostro, lo sentía imposible. Al igual que no podía evitar sus mejillas sonrojándose cuando pensaba en sus sentimientos por el chico, en su corazón golpeando con fuerza cuando se acercaban más de lo debido, en la electricidad corriendo de sus pies a cabeza cuando los dedos de sus manos de acariciaban sin querer al caminar, como si hiciera cortocircuito, o del amor que, sin saberlo, sus ojos expresaban cuando se le quedaba viendo. Justo como en aquel momento.
Estaban en un parque de diversiones. Luego de su fracasado intento por enseñarle a Juan a surfear hacía dos días atrás, el chico le propuso salir. Claro que en ningún momento insinuó que de un modo romántico, era más bien una salida de amigos, pero eso no impedía que su imaginación se hiciera paso.
Era un hermoso y divertido plan desde la perspectiva de Violeta. El día era perfectamente soleado y delicioso, el lugar pleno de gente alegre junto a niños correteando de un lado a otro, los gritos de los adolescentes en las montañas rusas más altas, las campanas de un nuevo peluche o premio ganado. Era todo el ambiente que desde que era una niña de siete años no visitaba. Había olvidado lo que se sentía.
Era algo cliché. En sus brazos tenía apretujado a un suave peluche de Winnie Pooh que Juan había ganado para ella hacía un par de minutos atrás. Suspiró al recordarlo. Sí. Era un cliché de película. Aunque no fue tan romántico como sonaba, pues de hecho habían competido por ver quien ganaba y el chico terminó haciéndolo, así que no pudo salvarse de unos pequeños insultos, claro que no dichos en serio, por la argentina.
En aquel momento se encontraban conversando, habían pasado varios minutos desde que subieron a la última montaña rusa. Estaban en un banco del madera sentados uno al lado del otro bajo el sol. Juan le hablaba con una sonrisa extendida, pero realmente su voz parecía inaudible, pues no le prestaba tanta atención. Apretaba el Winnie Pooh contra su pecho con fuerza mientras sus ojos avellanas observaban con perdición en el cariño al chico frente a ella.
