⁑✭ 𝘔𝘪 𝘵𝘪𝘱𝘰 𝘥𝘦 𝘮𝘶𝘫𝘦𝘳 ✭⁑
ᵃ ᴶᵘᵃⁿ ᴳᵘᵃʳⁿⁱᶻᵒ ᶠᵃⁿᶠⁱᶜᵗⁱᵒⁿ
ᴼᶜ ᶠᵃᵐᵉˡᵉ
《 Quién diría que dos personas pueden generar sentimientos por el otro, sin siquiera haberse vi...
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Era hoy....... 27 de Abril. El día que menos le gustaba del año.
Tenía en sus manos un ramo de flores. Tulipanes azules. Era su color favorito. Su mano se reposaba suave sobre sus tallos sosteniéndolos, al contrario de su pecho que se apretaba cada vez más. Sus rodillas apoyadas en las piedras, mientras sus oídos interceptaban el ruido del agua caer e irse con la corriente.
Hoy era 27 de Abril. El día en que su hermano había fallecido. Odiaba esa fecha, era un recuerdo de que ya no tenía junto a ella lo que más amaría en su vida entera. Lo recordaba tan vívido en su cabeza que sentía que realmente jamás se había marchado, seguía a su lado acompañándola. Él aún estaba ahí. En sus canciones, los teatros, en cada rayo cálido del sol, las zapatillas de ballet, el verano, la arena, las risas de los que fueron sus amigos, en los libros de fantasía, las actividades extremas, en el profundo sentimiento de paz y libertad, y sobre todo en sus lugares favoritos.
Sus lugares favoritos era lo más importante para él, eran sus refugios en los malos momentos de la vida. Aquel era su favorito, el de ambos en realidad. Alejado de su casa, tenías que adentrarte a un bosque, y al fondo, escondido de la vista de la gente por arbustos y grandes árboles, estaba su cascada preferida. El lugar era secreto, estaba segura de que un poco más de gente lo conocía, pero todas lo mantenían en secreto. Lo que nadie sabía, y estaba seguro de ello, era que detrás de la cascada se encontraba una cueva pequeña y bonita. Y estaba segura de que nadie lo sabía porque Lucas y ella fueron quienes descubrieron la entrada.
La cascada era alta y grande, caía gran cantidad de agua que golpeaba contra una ancha corriente y seguía su camino. Había piedras a su alrededor, pero cuando estas se acababan había un precioso y verdoso césped con algunas que otras flores pequeñas.
Habían descubierto ese lugar siendo chiquitos, pero no fue hasta meses después que encontraron, sin buscarlo, la cueva detrás de la cascada. Tenías que alejarte de la corriente e ir a la zona derecha de la cascada, donde un arbusto y enredadera gigante cubrían la pared de piedra de la misma. Estaba segura de que había miles de insectos allí, pero por suerte nunca se les apareció ninguno. A un costado del mismo había un pequeño agujero, antes cabían con facilidad por ahí, ahora tenía que hacer un poco de fuerza y aguantar las ramas raspando su piel. Ingresas y gateas casi por tres minutos, hasta que te topas con una roca algo grande y con fuerza la apartas dejando libre la entrada. Era allí que el sonido del agua se escucha muchísimos más fuerte de lo normal.
