*Narra Constanza*
Bajo a desayunar al día siguiente y me sorprende que esté toda la familia en la casa. Me siento en la mesa consciente de que ya casi todos terminan. Me apuro a desayunar y trato de seguir el hilo de la conversación, estaban hablando de una cena que tendremos hoy aquí en casa con un amigo y compañero de mi padre.
- Connie, ponte el vestido negro Versace que te regale en Navidad, con ese te ves divina. - Me dice mi madre.
- Vale.
El resto del día salgo con mi madre a comprar todo lo que voy a necesitar para la universidad, el lunes comenzaba clases y mi madre aprovechó para renovar todo mi closet diciendo que mi ropa era muy casual y que tenía que empezar a vestir más elegante. A mi me daba igual así que dejé que ella me escogiera todo, aunque también agregue unas cosas que a mi me gustaban, no sin antes recibir una mirada de desaprobación de mi mamá.
Al regresar a casa me doy un baño y me alisto para la cena que iban a tener mis padres. Me plancho el cabello que ya lo tengo bastante largo y me maquillo un poco. Me pongo el vestido que mi madre me dijo, la verdad me quedaba bastante bien. Escucho sonar el timbre y ruido en el recibidor así que bajó para recibir junto con mis padres a los invitados.
No puedo evitar poner una cara de sorpresa cuando veo a Juan Pablo saludando a mis padres. El igual se sorprende al verme y se acerca a saludarme.
- Así que este era tu compromiso importante. - Le digo picándolo.
- Al parecer. Es una coincidencia que ayer nos conociéramos y hoy vayamos a cenar con nuestros padres, ¿no crees? - Yo me río y le doy un leve empujón amistoso.
- Constanza, ven a saludar. - Me dice mi madre, me acerco a saludar a los padres de Juan Pablo y me presento.
- Que guapa es tu hija. - Le dice Mónica, la mamá de Juan Pablo a mi madre. Yo sonrío por su comentario.
Todos tomamos asiento en la mesa del comedor, Juan Pablo se sienta a mi lado y yo lo agradezco, así la cena no se me hará tan larga.
- Te ves muy bien. - Me dice Juan Pablo.
- Gracias, tu también te ves muy bien.
- ¿De dónde se conocen ustedes dos? -Pregunta Ventura, el padre de Juan Pablo.
- Mi amigo de la facultad Ciro, ¿lo recuerdas? Es un amigo en común de los dos.
- Ay Ciro, mi hija y él han sido amigos desde que están en la primaria. - Dice mi madre muy orgullosa de ello, ellos amaban a Ciro, es como un hijo más para mis padres, y como no, si se la pasaba más en mi casa que en la suya.
- Es muy buen muchacho. - Contesta Mónica. - El y Juan Pablo han hecho buena amistad, se la pasa en nuestra casa haciendo proyectos con Juan Pablo, cuando en realidad se la pasan viendo partidos de fútbol.
- Uno siempre tiene que apoyar a su equipo.- Dice Juan Pablo y todos ríen.
- ¿No iban a ir a un partido del Barça la próxima semana? - Le pregunta Ventura a su hijo. Habían contado a lo largo de la cena que su padre ocupaba un puesto muy importante entre los socios del Barça, entonces gozaban de poder ir a cualquier partido que quisieran.
- Si, vamos a ir a ver el partido de inicio de temporada, ¿quieres venir Connie? - Me pregunta.
- Deberías ir hija, tienes más de 5 años sin ir a un estadio de fútbol yo creo. - Dice mi padre y los demás se ríen. Yo no puedo evitar sonreír al recordar cómo había ido a ver al PSG jugar con Pablo y sus amigos hace tres meses.
- Vale, cuenten conmigo. - Juan Pablo me sonríe.
El rumbo de la conversación cambia, el motivo de la cena era porque Ventura y mi padre iban a ser socios en varios proyectos que tendrían juntos a futuro.
Juan Pablo y yo nos ponemos a platicar entre nosotros. Yo estaba acostumbrada a este tipo de cenas con los amigos o socios de mis padres, pero nunca había tenido a alguien de mi edad para compartir, era agradable por fin tener a alguien. Algo me decía que este era el inicio de una amistad entre Juan Pablo y yo, solo esperaba que mis padres no lo quieran convertir en algo más.
Después de la cena, cuando estaba en mi habitación quitándome los pendientes, Nina entra.
- Pensé que se habían ido. - Le digo refiriéndome a ella y a Esteban.
- Mejor nos quedamos, mañana papá y mamá se van a Zaragoza, así no estás todo el día sola.
- Vale gracias. - Le digo y Nina se acuesta en mi cama.
- Viste como te veía Mónica. Escucha lo que te digo hermana, Juan Pablo y tú van a terminar siendo novios, y no exactamente porque se hayan enamorado.
Lo que me dijo Nina yo ya lo había notado, desde que entraron a la casa, pude ver como la mamá de Juan Pablo me miraba con interés, mi hermana tenía razón. Van a intentar que entre Juan Pablo y yo pase algo, pero yo no iba a dejar que mis padres decidieran sobre mi vida en ese aspecto, ya lo habían hecho con la Universidad, pero no los dejaría decidir de quién podía enamorarme y de quién no, solo para su beneficio económico.
Juan Pablo es muy majo y me caía muy bien, pero yo sabía que jamás me iba a poder enamorar de él o de nadie más. Mi corazón dejó de pertenecerme porque un castaño a quien no veía desde hace meses me lo había robado y no tenía intenciones de devolvermelo.
Y yo no quería que lo hiciera.
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Mi gran casualidad
Romance"Yo había dejado de creer en la idea de las almas gemelas o el amor a primera vista al no haberlo experimentado nunca. En lo que sí creía era que quizá, en una feliz casualidad, podría conocer a alguien de quien podría enamorarme. Y después de hoy...