Prefacio

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Ela

Salgo apresurada de mi apartamento al recibir una llamada del hospital para notificarme de una cirugía de último minuto. Poco me importó dejar mi desayuno a la mitad, así que desde que termine la llamada tome mi abrigo, mi bolso y mis llaves para dirigirme a mi lugar de trabajo.

Encontrándome aquí, esperando por el elevador lo que hace parecer el camino de las escaleras tentador pero descartó esa idea en el momento de que el sonido del elevador me saca de mis trances. Toco el botón que me lleva al lobby tocando repetitivamente e impaciente mi pie contra el piso. Cuando llego al recibidor saludo a quienes puedo mientras camino a paso rápido.

Al salir sigo caminando hasta donde dejé mi auto anoche debido a que al llegar tan tarde anoche ni siquiera me preocupe por dejarlo en el estacionamiento del edificio.

Quito el seguro de este y cuando estoy a punto de entrar un terrible olor llega a mis fosas nasales. Y lo peor? es un hedor que reconozco. Miro a mi alrededor en busca de algún animal muerto o de algún alimento podrido pero solo veo unas gotas cayendo del basurero del frente como una gotera, y estas son rojas.

La curiosidad ronda por mi cabeza ante la idea de que alguien dejó a algún pobre animalito a su suerte en ese basurero.

Miro de lado a lado antes de cruzar la calle y cuando estoy frente al cubo, levanto la tapa del gran contenedor buscando la causa de aquel terrible olor para encontrarme con algo mucho peor de lo que imaginaba.

Ela Donde viven las historias. Descúbrelo ahora