Capítulo 2
Yeo-Eun pensó que recibiría una llamada telefónica después de eso, pero su teléfono móvil estuvo en silencio todo el tiempo. Supuso que la tarjeta de presentación que entregó sin meditar mucho fue a parar a una papelera y el hombre olvidó lo sucedido en la galería.
Pero Yeo-Eun no lo olvidó, para ser exactos, permaneció en un rincón de su cabeza; como si hubiera dejado un objeto sospechoso en algún lugar de la casa. No tuvo mucho tiempo para pensar en ello. La investigación llevaba más de una semana sin avanzar, desde el momento en que los funcionarios son llamados de un lugar a otro una vez al día, naturalmente, los problemas personales pasan a un segundo plano.
Yeo-Eun suspiró mientras miraba las dos pantallas del monitor. Si hay pruebas, podría indagar a fondo basándose en ellas, pero no hubo ningún resultado a obtener ya que, no había manera para investigar en primer lugar. Yeo-Eun también fue incluido en los funcionarios que eran llamados una vez al día.
Sin embargo, no era bueno ser convocado de esta manera.
Aunque cree que está haciendo todo lo que puede dentro de los límites que le dan, el progreso en la investigación no es mucho. El hecho de que lo llamen de un lado a otro le parecía engorroso e incómodo, y ese era el verdadero problema. En un caso que no tiene visos* a resolver, siente una impotencia que pocas veces ha sentido en la vida.
N/T: Aspecto o apariencia de algo.
Al hacer un clic sin sentido con el mouse, la puerta se abrió con un fuerte sonido. Cuando la miro por sobre el tabique, dos detectives con rostro demacrados entraban uno al lado del otro. Como si no hubieran podido dormir durante unos días, sus caras estaban negras por debajo de los ojos y su expresión por el momento no era buena, haciéndolos parecer a personas que podrían derribar una casa si tuvieran la oportunidad enseguida.
"Maldición..."
Al abrirse, Seok Joo-Eun, el líder del equipo de investigación, barrió su rostro con ambas manos frente a la puerta que se cerró estrepitosamente. También se escucharon improperios* que eran como si vomitaran toda la ira acumulada en su interior. Detrás de él, Yoo Jong-Yeon, un detective de rango menor, arrugó su cara barbuda.