capítulo 3

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Dedicado a mi  Helen ella fue quien me ayudó a superar mis miedos y a publicar mi historia.

Capítulo 3

Sthefani

Las dos siempre han tenido ese choque, Bianca siempre ha envidiado lo de Daia.

Daia siempre se sintió mal porque si ella hacia algo bien Bianca hacia un drama y decia que Daia siempre hacia cosas para que ella se sintiera mal, nadie le creía a Daia, hasta que llegué yo, no es por presumir pero, en medio de la oscuridad en la que Daia se encontraba, yo fui su luz.
Daia y yo desde que nos conocimos somos unidas. Si, ella y yo no somos primas de sangre, sino que su tío se casó con mi madre y bueno nos conocimos cuando yo tenía 13 y ella 8 años. Y ahora esa misma niña estaba en mis brazos.

—A veces siento que ya no puedo, no puedo seguir fingiendo, lo he hecho desde ya hace un tiempo y ya no puedo.

—Te he dicho que no lo hagas.

—Como si fuera tan facil.

—Vamos afuera.

Daia

Ignoré a la cabellera ondulada y castaña junto al pelinegro y la morena. Quede sola.
Hasta que Alonso hizo acto de presencia en el lugar, yo estaba sentada en el pasto viendo una estrella y Sthefani se habia ido a buacarme un café para tranquilizarme.

—Oye, ¿que pasa?.

Sinlencio de mi parte, una de las cosas que más me gustaba era ignorar a los seres a mi alrededor. Era buena.

-Mmh se que no es un buen momento para hablar, pero si quieres puedes desahogarte conmigo.

—Alonso por amor a Dios, callate.

Nos sentamos en el cesped y quedamos en silencio que se interrumpio por la asquerosa voz de Bianca.

—Hola, Alonso. -ya vino a robarme la unoca persona que sigue conmigo, ahg, bruja.

—Hola.

—¿Quieres bailar?.

—Prefiero quedarme aquí gracias.

Agradecí mentalmente porque Alonso no me dejó sola. Sthefani regresó con mi café y ella con coca-cola, Alonso no queria nada de beber y por mi que se joda.

Yo soy un ser que odia con toda su existencia la acumulación de humanos a su alrededor, y llegó la hora de cantar.  Maldición.

—Daia ven vamos —dijo mi madre.

—Ay mamá no.

—Bueno, ¿y que quieres?¿que quieres que los cgicos se queden aquí porqué se te da la gana?.

—Mamá sabes que no me gusta...

—Pues te jodes —intetrumpió.

Cantaron y debo admitir que fue una dolorosa tortura que la atención estuviera  en mi.

Comimos y para mi no es cumpleaños sino hay alguien manchado.

En mi torta todavia habia crema la tome y me dirijí a mis amigos, Mike me vió y sonrió, le devolvi la sonrisa sin despegar los labios y antes de darse cuenta tenía crema wn la comisura de su labio. Hice lo mismo con Alonso pero este me devolvió la crema y me manchó el cabello, dije que me vengaría y solo rió porque le parecí una niñita tierna. Esta niñita tierna sabe sacar tripas, Alonso.

Me despedí de mis amigos con una sonrisa, Mike estaba a punto de revolverme el cabello como hacía yo con él, pero Bianca se le abalanzó y lo envolvió en un abrazo, haciendo que se olvidara de mi existencia. Alonso se disculpó con la mirada, y me di cuenta de que mi prima le dió una beso en la mejilla me sentí incomoda y me fui a hablar con mi amiga, ella me iba a abrazar para despedirse y mi prima lo impidió. No jodas.

—Bueno adiós, pero me vas a llevar, ¿no?. —Dijo refiriendose a mi.

—Si, te acompaño.

—Bueno vamos, no quiero pasar todo el camino oyendo a estos dos y sus nuevos ligues.

—¿Y tu crees que yo si?.

—A lo mejor te interese el ligue de Alonso, vive cerca asi te quieres deshacer de ella.

—¿Que?... ¡NO!. Por Dios.

—Vamos.

Llegué a mi casa cansada, Me encerre aen mi cuarto para poder comer en paz y en lo que entro mi hermana May estaba ahí con Bianca.

—... Es tan lindo. —Era más que claro que  estaba hablando de Mike.

—Si, pero es el mejor amigo de Daia, no puedes enamorarte...

—¡No me gusta por Dios es feo!.

—Eso no es lo que acabas de decir.

—Es... —Bianca se percató de mi existencia.—¡Hola primita! —saludó como si nuna hubiese hecho nada en su vida.

—Hola. —me han dicho que soy más seca que un decierto, yo no lo veo así pero bueno.

Bianca se aclara la garganta y mi hermana se queda callada.

—Ese chico... ¿Mike, no?, es muy lindo.

—Ajá.

—Y es su mejor amigo, Bianca.

—Lo sé. Mejor me voy a cambiar. —Dijo cerrando la puerta al salir.

—No quiero saber de lo que estaban hablando.

—De él.

—Sip, claro que si. Era obvio. Gacias por confirmar lo que no quería saber, mi querida hermana.

—Hablaré con ella.

—No la vas a hacer entrar en razón y lo sé.

—Hay que intentar. —dijo al salir de mi cuarto, ni siquiera sé cuando se levantó.

Tu Y YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora