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Era un día como cualquier otro en el pueblo <Promesa pequeña>, un sol abrazador azotando las espaldas de los trabajadores del campo sembrando y recolectando los alimentos para ser un pueblo autosustentable

De los tantos trabajadores una persona en peculiar se encontraba quitando las malezas del cultivo con una azada oxidada

Una cabellera rubia cubierta por un sombrero de paja desgastado se distinguía de las demás, su trabajado cuerpo atlético brillando con intensidad gracias al sudor que remarcaban aún más sus músculos marcados

Cerca del lugar mujeres y adolescentes miraban al rubio "disimuladamente", desde la llegada del blondo hace 2 meses y medio se había vuelto el tema en general para la gran parte de la población femenina del pueblo

- ¡Joder cada día hace más calor dattebayo! - El blondo detuvo momentáneamente su labor para secarse el sudor del rostro con un pequeño trapo seco en su pantalón

Miro con su sonrisa dentada a los demás hombres trabajando en el campo, entrecerró los ojos para ver al cielo despejado junto al caluroso sol azotando su rostro, se ajusto levemente su sombrero para seguir con su labor

Dos meses y medio en este mundo y realmente era bastante pacífico su estadía ahi

Había aprendido el lenguaje en una semana y 5 días gracias a sus clones de sombra que creo en secreto, lo hubiera aprendido más rápido con el ojo de su sensei pero era algo estúpido al usarlo, nunca había usado un <Doujutsu> como tal y eso complicó bastante su uso

Descubrió que el nombre del líder era kagaya, un anciano a sus 60 años que heredó el puesto a ser parte de la familia fundadora del pueblo, Hayato era el nombre del viejo que le enseño a escribir y leer el idioma de este mundo, se sorprendió a un más cuando el viejo le dijo que su escritura era una bastante antigua que se había perdido hace muchas generaciones en la legión del "lejano oriente", el la conocía al ser un viejo de 83 años y un cerebrito con ganas de aprender todo el conocimiento del mundo

Pero descubrió algo que casi se desmaya al saber, en su mundo pocas personas selectas contadas con los dedos de una sola mano eran considerados [Dioses], el caso de Madara al ser <Jinchuriki del Juubi> era obvio, pero hubo personas igualmente consideradas como tal, su abuelo hiruzen era uno de ellos al igual que el primer hokage, también habitaban seres poderosos como lo eran <Las bestias con cola> , que con tan solo un ataque eran capaces de borrar una cuidad sin problema alguno, seres que con un movimiento de sus colas era suficiente para derribar una enorme montaña sin esfuerzo, esas palabras se le habían quedado grabadas gracias a cierto zorro demasiado orgulloso por su poder

Pero aquí, los mismos dioses habitaban entre humanos, seres divinos e inmortales buscando diversión y emociones en el mundo terrenal, grande fue su decepción al leer que no podían usar sus vastos poderes para luchar, solo eran pocas las cosas que podían hacer en este mundo, tal como proporciónar una [Falna], en su cabeza no pudo evitar pensar que tanta pelea le podía dar a un [Dios] como tal, se cuestionaba si serían tan fuertes como Madara o si incluso el seria mas que una mosca para ellos al usar sus verdaderos poderes

...

"Clank" "Clank" "Clank"

El ruido de una campana lo saco de sus pensamientos

- ¡Hoo! , ¿Ya es hora de comer?, Paso bastante rápido la mitad del dia - Naruto volteo a su lado para ver a un pelinegro ojicastaño el cuál también lo miro

- ¿Trabajando duro o durando en el trabajo? - El pelinegro le pregunto dándole una pequeña sonrisa

Naruto respondió con una sonrisa aún más grande - Es lo mismo kato, además a mí no me pagan como a ti, deberías trabajar más, te estoy dejando en ridículo - Se burló el blondo mirando lo que había escarbado en comparación a su compañero

Intentando Vivir Tranquilamente En OrarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora