Café Negro, con Azúcar

capitulo 29

“Creo que quiero ser un Auror.” Lilian se sobresaltó, y Daphne se atragantó con su té. Harry le dio unas palmaditas en la espalda, mirando con furia a Lilian, y la chica parecía inquebrantable, antes de esbozar una sonrisa. "Es una broma, no te preocupes".

"No hagas este tipo de bromas". Daphne escupió, todavía sintiendo que le dolía la garganta por el té. Se detuvo, considerando por un momento. Lilian iba a su último año de escuela en un día, y eso significaba que pronto estaría fuera de su casa para buscar una profesión. "No me importa si decides cambiar de profesión, pero por favor no anuncies ese tipo de cosas en la mesa".

Daphne aprovechó su breve tiempo de inactividad para levantarse y tomar un vaso de agua mientras Lilian se quejaba, comía su desayuno y Harry volvía a su periódico.

"Entonces probablemente no debería mencionar que me voy a divorciar". dijo Harry, desde detrás de su periódico, y Daphne casi deja caer el vaso de agua que estaba agarrando. Casi. Miró a Harry, agarrando el periódico con una sonrisa apenas reprimida.

Lilian fue la primera en reaccionar, sobre todo porque Daphne todavía estaba en estado de shock. ¿Harry? ¿Divorciarse? ¿Y no había periodistas detrás de él como sabuesos? ¿Estaba soñando? Merlín, ella había querido eso, pero nunca pensó que algún día se haría realidad.

"¿Hablas en serio, padre?" preguntó Lilian, saltando de su asiento, golpeando la mesa con las manos. Miró a Harry, que dobló el periódico, con una sonrisa adornando su rostro. "¿De verdad te vas a casar con mamá?"

"Si ella me acepta, seguro". Harry pareció sonrojarse un poco y miró a Daphne. "¿Quieres?"

Estaba lleno de esperanza, si la mirada en sus ojos verdes era una señal, y Daphne parpadeó rápidamente, las lágrimas empañaron su mundo por un momento.

“¿Me preguntas porque esperas que te diga que no? Porque me temo que te sentirás muy decepcionado. Daphne respondió, y fue el turno de Harry de levantarse, acercándose a Daphne. Lilian salió de la cocina, diciendo algo sobre Molly o Astoria o lo que sea; no podía concentrarse en nada más que en Harry. Harry tocó su cintura ligeramente y ella envolvió sus brazos alrededor de su cuello, esperando.

Cuando el sonido de la puerta al cerrarse resonó en la cocina vacía, Daphne habló.

“¿Qué hay de tus hijos?” Preguntó, la voz con el más mínimo de los temblores. Puso una mano en su mejilla, el pulgar acariciando su rostro suavemente, con cuidado. "¿No les importará?"

“Se lo dije, y no pareció importarles. Creo que lo sabían, de alguna manera. dijo Harry, besándola suavemente, y Daphne se permitió derretirse en él. Merlín, ella nunca pensó que ese día llegaría - no, rasca; ni siquiera había considerado la posibilidad de divorciarse.

Un divorcio era absolutamente escandaloso, para la sociedad mágica adecuada; se creía que una pareja debía permanecer junta hasta la muerte. Claro, los divorcios  estaban  disponibles, pero no eran exactamente comunes. Que Harry se divorciara, especialmente cuando las noticias informaban de un matrimonio feliz, era imprevisto. ¿Haría callar a Skeeter? ¿Qué haría? ¿Y qué haría Daphne, lo más importante?

"Entonces... ¿Eres libre, por así decirlo?" preguntó Daphne, bajando las manos para jugar con los botones superiores de su camisa.

“Bueno, tengo un montón de traumas reprimidos, cuatro hijos y un divorcio en la espalda, pero sí, soy libre como viene”. respondió Harry, besando a Daphne una vez más. Daphne estaba casi segura de que Lilian no volvería a casa hasta más tarde, así que decidió divertirse. Se le permitió, ¿no?

Separándose de Harry por un breve segundo, lo agarró de la mano y lo llevó a su habitación. Se merecía un día de enfermedad: todos sus experimentos habían terminado y, sinceramente, era un momento para conmemorar. Al menos, para ella, lo era.